Aplausos por la paz

Después de más de cincuenta años de conflictos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sellaron un compromiso de paz con el Gobierno colombiano y como testigos de honor de este histórico paso, estuvieron el secretario general de la ONU y el presidente de Cuba. Este es un paso significativo que va a marcar un antes y un después en el país sudamericano. Y es que como ocurrió en Centroamérica, que por décadas estuvo envuelta en una vorágine guerrillera que causó miles de muertes, los enfrentamientos armados entre hermanos no tienen fin, al menos que ambas partes depongan intereses y se comprometan a vivir bajo la paz. En El Salvador, por ejemplo, el FSLN, una guerrilla que combatió con las armas el Gobierno y el conflicto causó millares de muertes, al final desechó los fusiles y organizó su gente en un partido político que ya llegó al poder sin derramar sangre. Es lo que esperamos en Colombia. Que las FARC se conviertan en una voz política, una voz de expresión, pero que jamás vuelvan a tomar las armas y carguen a cuestas con la sangre derramada de sus propios hermanos. Es hora de regocijarnos y levantar la copa victoriosa porque la paz finalmente ha empezado a imponerse con este histórico acuerdo en Cuba. Ojalá que todo salga bien.