Erradiquemos el mal

Por más culpables individuales que se quiera buscar por el reciente escándalo de las donaciones legislativas, la realidad es que mientras continuemos con el sistema corrupto de elección de los diputados y una Corte Suprema al servicio del gobierno de turno, nunca llegaremos a erradicar el problema. La mejor manera de empezar a corregir este esquema perverso es conformando una Asamblea Legislativa de contrapeso y un Órgano Judicial con magistrados dispuestos a hacer justicia. Hoy ocurre lo contrario: tenemos una Asamblea y una Corte al servicio del Ejecutivo. El problema no es de ahora, es de vieja data y todos lo sabemos. Entonces, la lógica elemental indica que hay que empezar a solucionar el problema. Para conformar una mejor Corte Suprema de Justicia se necesita una reforma constitucional, y si para conformar una nueva Asamblea Nacional lo que se requiere es cambiar la Ley Electoral, entonces empecemos por lo más sencillo. Ya que estamos en el debate de las reformas electorales, los diputados deben aprobar que los circuitos ahora serán provinciales y nacionales. De esta manera, quienes sean electos serán personas con un mejor perfil y mejor visión, en lugar de los caciques de pueblo que elegimos hoy. Si bien el tema de las donaciones nos escandaliza, tenemos que empezar solucionando el problema de raíz con la nueva forma de elección de los miembros del Legislativo.