Panamá en el primer mundo

A unque hoy estamos sumergidos en una vorágine de problemas, no menos cierto es que existen las condiciones para que el país entre al primer mundo. Esto, empero, exige condiciones en las que todos los miembros de esta sociedad tenemos que ponernos a trabajar. Una cosa es encarrilar la enseñanza en todos nuestros centros educativos, distribuir equitativamente la riqueza y tener (al ritmo que vamos o mejor) el ingreso per cápita arriba de 20 mil dólares anuales. Otra cosa es la actitud de los panameños para alcanzar ese nuevo estadio. Algo tan fácil, pero que no hacemos, es la recolección de nuestros propios desechos. Aprendamos a limpiar, pero más importante aún, a no ensuciar. Si todos apostamos a alcanzar el desarrollo en el año 2030, lo podremos lograr. Esto solo requiere de decisión y disposición, porque las condiciones están dadas. Da tristeza ver que los políticos solo se dedican a alcanzar el poder y de allí a elaborar estrategias para mantenerse en la administración del Estado. Ninguno se preocupa por alcanzar una meta hacia el desarrollo, y eso tiene que cambiar. Ya se acercan los meses en que la política partidista se activa con mayor fuerza. Es el momento de poner de moda la meta del desarrollo. No podemos dejar pasar otros cinco años en los que solo se ve el país del crecimiento económico y ni siquiera se mira al Panamá desarrollado. El 2030 tiene que ser el gran año para Panamá. ¡Ojalá alcancemos el pleno desarrollo!