Educar para el desarrollo

La educación empieza en casa y eso no se tiene en duda. La académica, empero, es la que proporciona el Estado. Esta educación es gratuita y obligatoria en la primaria, aunque debería serlo hasta el bachillerato. Pero también está la educación privada, que no es otra que la opción que se le da a las familias para que eduquen a sus hijos en escuelas acorde a su religión o nacionalidad. Cuando la educación privada florece como un negocio, entonces esto significa el fracaso de la educación pública o lo que es peor, el fracaso del país. Panamá es un país que ha fracasado en educación y hoy proliferan las escuelas privadas en cualquier esquina. Lo peor es que cual piratas, a cada rato anuncian aumentos exorbitantes en las colegiaturas y los libros carísimos solo tienen vigencia de un año. Lo que está pasando con la educación privada es un vergonzoso abuso y el Gobierno tiene que empezar a acabar con esta sinvergüenzura. Hay que potenciar la educación pública y hacer que vuelva la gloria de antaño. Lo que no debemos es potenciar un negocio con la educación de nuestros hijos. Aquí tenemos que fortalecer los principales colegios y escuelas públicas. Equiparlos, construirles gimnasios y buenos laboratorios. No estamos contra la educación privada. Estamos contra el abuso y contra el no hacer de las autoridades.