Aprendamos a producir

Panamá tiene la virtud de que sus tierras paren productos de calidad. Por desgracia, empero, los panameños no sabemos explotar esa realidad. Si se trata de la piña, es la mejor; si hablamos del banano, es el mejor y si decimos agua ni hablar. Pero aquí nos inundan con productos extranjeros, porque estamos inundados de extranjeros. Así las cosas, vemos productores en las calles exigiendo protección y que el Gobierno impida que se introduzcan en el país millones de libras de productos que entran justo cuando está la cosecha nuestra en las calles. Vamos por parte. Primero el Gobierno debe establecer las ventanas de importación en el momento en que el producto nacional no está en el mercado. Los productores tienen que aprender a mercadear mejor su producto y a cultivar con calidad. Sabemos que la Madre Tierra nos da buenos productos, pero si ni siquiera aprendemos a procesarla para que ese producto sea bien competitivo, entonces no debemos quejarnos. Un ejemplo es la cebolla. La panameña es jugosa y con un sabor delicioso. Lo malo es que dura muy poco, se pudre. La extranjera es seca, con un sabor normal, pero dura en el tiempo. Los cebolleros deben aprender a hacer que esa cebolla nuestra conserve sus propiedades, pero que dure en el tiempo. El problema no es ni precio ni producción. El problema está en que si nuestro producto supera en calidad al extranjero, la gente está dispuesta a pagar bien por ese producto. Así las cosas, no dejemos que solo la Madre Tierra nos haga el trabajo. Metamos mano en la buena producción. Aprendamos a producir.