El diálogo nacional

La polémica entre el Legislativo y el Ejecutivo y una Corte Suprema de Justicia cuestionada son solo síntomas del gran problema que vive la sociedad panameña. Y tampoco se trata de un hecho aislado, porque América Latina, en su conjunto, también está viviendo un deterioro asfixiante. En el caso panameño, el problema viene de arrastre, porque cuando se debieron hacer los cambios y sentar las bases de los próximos cincuenta o cien años, los líderes del momento no lo hicieron. Fue precisamente en los 90, cuando se dio la invasión estadounidense, que debieron sentarse esas bases. Hoy, Panamá vive el deterioro y ponerse a lamentar o culpar a unos y a otros no es la solución. El problema hay que encararlo en conjunto y por eso es imperante el Gran Diálogo Nacional, donde políticos, empresarios, trabajadores, profesionales y productores se dispongan a diseñar el futuro de Panamá. Hoy, pareciera que el problema es solo de los políticos, pero en realidad es de todos. La solución está en manos de la propia sociedad representada en los distintos sectores. Ha llegado el momento de deponer intereses y diseñar el país que los panameños merecen. Ese diálogo ya está empezado, porque desde hace años se realizaron los encuentros de Bambito que dieron paso a la Concertación Nacional. Solo se necesita voluntad y retomar el camino trazado a través de la Concertación Nacional. Negarse a esta oportunidad es perder el tiempo, porque a la larga no queda otra opción. ¡Manos a la obra!