El rescate de la Caja

Las fórmulas que muchos proponen para rescatar la Caja de Seguro Social (CSS) no salen de aumentar la edad y las cuotas. La sociedad está harta de estas fórmulas que, de paso, cada cierto tiempo, tienen que revisarse y pasar nuevamente por el trago amargo. Lo irónico también es que las estrategias las encaminan a que el dinero se deposite en la banca privada (hoy hasta el cincuenta por ciento), con lo cual desde los bancos se hacen negocios con el recurso de los asegurados. Y si se ahonda más, pareciera que la Caja se mantiene en un estado catatónico con la finalidad de cierto sector de aprovecharse de sus recursos. Hoy ni siquiera se sabe cuál es su condición financiera real, porque no hay estudios actuariales a la fecha. Lo real es que la Caja está sobrepoblada de empleados, necesita una reingeniería y que los cotizantes no están dispuestos a meterse más la mano en el bolsillo. Frente a este panorama, lo lógico es pensar en una fórmula que sea sostenible en el tiempo y que permita a todos los cotizantes y jubilados ser atendidos como lo merecen. Lo que no cabe es seguir con una atención paupérrima y un sistema corrupto que esquilma los recursos de todos los asegurados que con mucho esfuerzo entregaron a la institución.