• 24/07/2018 02:00

La trampa de las adendas

Las adendas ya no son mecanismos para corregir alguna falla que verdaderamente se dé en la obra,

Se ha convertido en modalidad que los diversos funcionarios de instituciones o ministerios realicen licitaciones públicas, pero luego de ganado el acto y dado la orden de proceder, los términos de la licitación cambian radicalmente. Se trata de una fórmula donde se varía precio, tiempo y la misma obra y se hace a través de las denominadas adendas. Una de dos, o el funcionario no sabía realmente lo que quería cuando llevó a cabo la licitación o lo hace a propósito para subir el precio de la obra o participar indirectamente en ella. Lo cierto es que las adendas ya no son mecanismos para corregir alguna falla que verdaderamente se dé en la obra, sino para esquilmar indirectamente al Estado. Lo peor es que una obra se licita en un tiempo determinado y la obra se entrega el doble de lo acordado. No es en una, sino en casi todas las instituciones. Este tema de las adendas hay que corregirlo y poner en práctica la costumbre de que las adendas serán la excepción y no la regla como ocurre hoy. Y es que estas adendas ya son vistas como la forma en cómo se camuflan los actos de corrupción. Es oportuno que desde la sociedad civil se cree un organismo de veeduría, que analice el acto desde el inicio hasta el final, porque el país no debe seguir con esa forma absurda de trabajar de funcionarios corruptos que llegan al puesto a hacer negocios a costa de las arcas públicas.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus