Mirar el problema completo

Muchos se rasgan las vestiduras sobre la corrupción destapada en el uso de fondos públicos por parte de diputados y que supuestamente eran destinados al apoyo deportivo, pero que en realidad caían en los bolsillos de los bribones. Mas, el panorama hay que verlo completo y no parcialmente, como es la tendencia. Lo cierto es que el sistema político vigente se presta para este tipo de actos. Por un lado, está el clientelismo de la propia sociedad y, por el otro, el dominio del presidente de la República sobre los otros órganos del Estado. El problema gira alrededor de la falta de supervisión y, sobre todo, de una fórmula que utiliza el Ejecutivo para comprar a la Asamblea. Y es que el Ejecutivo sabe que otorgando fondos a la Asamblea tiene la fórmula perfecta para comprar a los diputados. Si a esto se le suma que no hay una verdadera supervisión sobre el uso de esos fondos, entonces el obvio el atraco, más cuando los propios diputados están predispuestos a morder la carnada. Es un sistema corrupto que ahora aflora al público con una intención clara de manipular o controlar lo que desde el Ejecutivo se planea. Lo que cabe es una reforma del sistema político vigente, por uno donde haya pesos y contrapesos, que haya verdadero equilibrio y que todos tengan como norte el desarrollo de la Patria y no sus intereses personales.