• 20/11/2018 01:00

Modelos de barro

La popularidad no significa lo mismo que respeto y cuando un juez se encanta con la popularidad

En diversas partes del mundo surgen funcionarios que se convierten en paladines de la justicia y rápidamente son modelos en todo el orbe. Baltasar Garzón, el juez español que puso en jaque al poderoso dictador chileno Augusto Pinochet, saltó a la fama y recorrió el mundo dando conferencias, pero al tiempo fue condenado por ‘prevaricato' y terminó apoyando a los Kirchner en Argentina y a Correa en Ecuador. Más recientemente el juez Sergio Moro de Brasil saltó a la fama por el caso Lava Jato y hoy su nombre es reconocido en todo el mundo. Su fama se afincó, porque logró encarcelar al popular líder obrero, el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva. Sin embargo, el famoso juez Moro ahora está en entredicho, porque mientras apresó a Lula y le impidió ser candidato presidencial y a quien las encuestas daban un triunfo en las urnas en la misma primera vuelta, en el fondo hacía el favor a otro. En Brasil triunfó Jair Bolsonaro, luego de que Moro le quitara del camino a Lula da Silva. Ahora el flamante presidente electo Jair Bolsonaro le dio un puesto en el gabinete a Moro y este corriendo aceptó, lo que pone en entredicho todo su planteamiento jurídico que llevó a prisión a Lula y el impedimento de ser nuevamente presidente de Brasil. Tanto Garzón como Moro son modelos de barro que enseñan una lección a todos los ciudadanos. La popularidad no significa lo mismo que respeto y cuando un juez se encanta con la popularidad, significa que poco a poco pierde el respeto. ¡Así de simple!

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