Ni la izquierda ni la derecha

Cuando el general Torrijos decía ‘ni con la izquierda ni con la derecha, con Panamá', sin duda, tenía mucho de razón. Hoy, en un mundo multipolar, el papel de Panamá es de suma importancia. Estados Unidos se juega su hegemonía mundial y ha emprendido una guerra comercial con China. Este pequeño país es de suma importancia para ambos gigantes y la lógica elemental indica que en lugar de permitir que ellos decidan por nosotros, nosotros lo hagamos por nosotros. El quinquenio que está por culminar deja un sabor amargo sobre la política exterior, donde Europa y Estados Unidos —en especial— nos humillaron, nos amedrentaron y nos arrastraron económicamente al abismo que, por fortuna, hemos empezado a salir. Panamá no puede ni debe darse el lujo de seguir instrucciones de ningún otro país. Nuestro nivel de importancia es vital para el comercio mundial y cualquier estrategia geopolítica. Las decisiones que adoptemos tienen que estar acorde con nuestra neutralidad, la búsqueda de la paz y el camino hacia la concordia. No importa quien grite más, nos asiste la razón y así como una vez conseguimos el apoyo del mundo para que Estados Unidos nos devolviera el Canal y saliera de nuestro país, así nos volverá a apoyar. No podemos ser peones de Estados Unidos, de Europa, de Rusia, de China o de Cuba… Panamá es importante para el mundo, sí, pero eso no significa que tenga que ceder la administración de esa importancia a potencia alguna. Es hora de volver a reafirmar que no estamos ¡ni con la izquierda ni con la derecha, estamos con Panamá!