• 14/09/2019 02:00

Estudiar sin hambre

La fórmula es simple y efectiva; inventar nuevas fórmulas es pensar en otra cosa y no en resolver el problema de la pobreza y deserción escolar

La política por años fue darle un vaso de leche y una galleta nutricional a los estudiantes de escasos recursos. Luego, fueron los paquetes de comida que trajeron de Brasil y que luego se convirtió en un escándalo nacional. Pero al margen de esto, la realidad es que la educación en las áreas de difícil acceso y de pobreza extrema, no ha sido atendida con un modelo eficiente e inteligente para resolverlo. En primer lugar, la galleta nutricional no suple un plato de comida y, en segundo lugar, la comida empaquetada no terminó de cuajar y no gustó. Lo que sí sigue intacto es que los estudiantes de escasos recursos siguen desertando y los niveles de pobreza no bajan. Que lo que se dio con la galleta y la comida empaquetada fue un gran negocio, que sí engordó y nutrió a unos ‘empresarios'. Con la beca universal también ocurre lo mismo, porque no se resuelve el problema de fondo que es que los niños estudien, no deserten y logren salir del círculo de la pobreza y pobreza extrema. Y esto se debe a que la situación económica de esos lugares es extrema, con lo cual los niños no aguantan una jornada con un estómago rugiendo. La galleta sufre el efecto de que termina aburriendo, por lo que la solución es suplir comida caliente a cada uno de los estudiantes. Nadie puede concentrarse para estudiar teniendo hambre y si todos los días hay un plato de comida esperando a los muchachos, es indudable que ese es un gran incentivo para ir a la escuela. La fórmula es simple y efectiva; inventar nuevas fórmulas es pensar en otra cosa y no en resolver el problema de la pobreza y deserción escolar. Bien por lo que está haciendo hoy el Meduca, porque un niño con la barriga llena es un niño con posibilidades de salir de la pobreza.

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