Prevención de la corrupción

La práctica del periodismo, por muchos años, fue de denuncia sobre casos en los que el Estado pierde millones de dólares por proyectos mal calculados, mal llevados o simplemente diseñados para robar. Los últimos diez años han sido muestras de cómo los sucesivos candidatos presidenciales anuncian cero tolerancia a la corrupción, pero terminan más corruptos unos versus el otro. El periodismo hace festín de casos y se expone tanto a culpables o no culpables, basta solo que se mencionen en expedientes judiciales. Pero ¿qué bien le hace esto al país? Al final, muy poco, porque hoy no se sabe exactamente cuánto fue el robo al Estado, ni que los verdaderos culpables se les castiga por sus fechorías. En ese sentido, el presidente Laurentino Cortizo ha reiterado que “no importa cómo él entra al Gobierno; lo importante es cómo sale”. Bien por su promesa, pero el periodismo tiene que empezar a hacer su parte. En ese sentido, hay que empezar a escrutar a cada una de las entidades, sus proyectos y los costos beneficios. Un ejemplo es cuánto ingresan al Estado y cuánto debieron ingresar. Una gestión mediocre también hay que denunciarla. El Canal de Panamá hace una inversión millonaria y muestra al público cuánto serán los réditos al país una vez entre a funcionar la nueva obra. Los números están allí, son públicos y nadie duda. Justo es decirlo también pasa con el BNP o la Caja de Ahorros, pero nada más. ¿Cuánto ingresa Tocumen y cuánto se le invierte? ¿Qué hay del Idaan que la excusa es que la gente se roba el agua, sin comparar que también se roban la luz, pero estas empresas sí son rentables? ¿Qué ocurre con la Autoridad de Aseo, que su rojo es perenne? El periodismo tiene que entrar en una nueva etapa de prevención de la corrupción. Es la nueva era, donde el público lector exige esa información y La Estrella de Panamá está dispuesta a dársela.