La crisis en el Perú

El Perú, un país en el que Alberto Fujimori marcó el antes y después y que hoy aún tiene un peso específico. Es el vivo ejemplo de la decadencia de un sistema político, el presidencialista, que no termina de ser garante para la verdadera democracia y mucho menos para que las sociedades alcancen el grado de desarrollo. El Perú tuvo su “momentum”, un espacio en el tiempo donde la economía brilló y logró el grado de inversión. Hoy, empero, nuevamente el Perú está sumido en una profunda crisis política que, aunque se recupere, volverá al ciclo clásico del presidencialismo de períodos buenos y períodos malos y que pasa en todas las naciones con este sistema. ¿Por qué América Latina no da el paso al parlamentarismo? ¿Qué sentido tiene seguir con este sistema absurdo? La lógica respuesta es simple: ¡porque con el presidencialismo, el poder económico domina el poder político! La corrupción es la expresión más visible de la falencias de este sistema, pero, el verdadero daño que le hace a la sociedad es la impunidad. Lo que pasa en el Perú no es ajeno a lo que puede pasar en Panamá, Costa Rica, México o Brasil. Es parte de un sistema que nunca ha funcionado. Es hora de ir pensando en una migración hacia el parlamentarismo, con sus pesos y contrapesos, para verdaderamente enrumbar a nuestras naciones hacia el desarrollo pleno.