• 05/12/2019 00:00

Invertir en educación

Opinión editorial del 5 de diciembre de 2019

La educación era una responsabilidad plena del Estado. La irresponsabilidad de los distintos gobiernos en el manejo de la cosa pública permitió que la educación se convirtiera en un lucrativo negocio privado, donde incluso las Iglesias cometen sus pecadillos con matrículas y mensualidades. Hay que enderezar el rumbo. La educación está en estado de coma, más ahora que se realizaron las pruebas Pisa, en las que Panamá quedó entre los últimos. Muchos colegios privados ofrecen una educación de primer mundo, pero otros cientos son un vil engaño a la sociedad. Ni su instalaciones son las adecuadas ni tienen un personal docente que supere al público. Son escuelas que surgen como hongos en cualquier esquina y poco a poco van tomándose el área, apoyadas por la propia población que ve, más que una escuela, un lugar donde dejar a sus hijos para que se los cuiden. Las escuelas tienen que ser verdaderos centros de aprendizajes y el Estado tiene la obligación de proporcionar instalaciones adecuadas, con canchas deportivas, gimnasios, teatros… Aquí llegamos al extremo de que construir una escuela es más un negocio que un servicio a la sociedad. Las escuelas tienen que ser centros que motiven a sus estudiantes a asistir; las que tenemos hoy hacen lo contrario. La sociedad debe exigir al Gobierno que invierta los recursos necesarios en la educación. El abandono de años atrás nos ha traído los resultados de las pruebas Pisa hoy y un cuarto de millón de ninis. ¡Así de simple!

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