Panamá es un país que puede salir mejor parado que cualquier otro del coronavirus. Sin embargo, sobre Panamá se proyecta una amenaza muy seria que nos lleva por un terreno movedizo en la que esa ventaja que tiene el país sobre los otros, se puede ir por la cañería. Se trata de una conspiración política que, so pretexto de luchar en pro de los más necesitados, está llevando a los panameños a la ingobernabilidad. El enemigo principal en este momento es el virus y si descuidamos esa lucha, los afectados seremos todos. Ya se ve cómo aparecen manifestaciones en varios sectores del país que piden bonos y bolsas de alimentos. La pregunta es ¿son todas estas manifestaciones legítimas o hay una mano detrás? Todo parece indicar que hay gente que está azuzando a estos cierres, porque lo que desea es que el Gobierno quede mal parado en esta pandemia. El problema no es que se afecte el Gobierno de Cortizo, sino que Panamá entre en esa vorágine irreversible donde no se pueda recuperar económicamente. Justo es el momento para que el presidente Cortizo llame a todos los dirigentes políticos y tenga con ellos reuniones semanales, porque la lucha contra el coronavirus es de todos. Cortizo necesita del apoyo de los dirigentes políticos, porque no puede llevar esta lucha solo y Panamá pertenece a todos los panameños. Entramos en un terreno movedizo que, de continuar avanzando, será irreversible salir. ¡Así de simple!

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