• 24/07/2020 00:00

Reformas laborales

Opinión editorial del 24 de julio de 2020

El coronavirus ha acelerado las cosas y también las ha devuelto a su lugar. Esto, sin duda, trae consigo una nueva realidad que involucra todos los aspectos de la vida y el trabajo es una de ellas. Panamá tiene un Código de Trabajo que se circunscribe a una realidad que es de otra época. Ese Código de Trabajo hay que modificarlo, para adecuarlo a los tiempos actuales, donde desde la educación de nuestros hijos ya no es como antes. Sin embargo, el apuro trae cansancio y aquí se tiene que llegar a consensos para poner en marcha los cambios requeridos. No se trata de avasallar a los trabajadores, pero tampoco dejar sin espacios a los empresarios. Se trata de una relación ganar-ganar y en esto mucho juega la productividad. Panamá no puede mantenerse cerrada a las profesiones, sobre todo cuando traer profesionales de gran valía es ganancia, más cuando su educación no le costó un centavo al país. Y es que Panamá, para lograr ese empuje hacia el desarrollo, tiene que sumar talentos, ser más dinámica, pero también respetando la dignidad del local, que en su gran mayoría es gente trabajadora y con deseo de superarse. Es, ante todo, una relación de confianza mirando el bien de Panamá, no cuánta ventaja sacan los gremios laborales o los empresariales. Es por esto que estas reformas laborales tienen que mirar el futuro con luces largas. Hay que ser muy inteligentes en los cambios y hacer que el país sea muy competitivo y productivo, para que todos salgamos ganando. ¡Así de simple!

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