De la nada, Panamá tuvo que entrar en la educación virtual producto de la pandemia. Este cambio radical en el que ha entrado el país, hay que mirarlo con más profundidad, por lo que hay que hacer en el área educativa. Si bien, pueda que la educación virtual ha llegado para quedarse, el Gobierno también tiene que hacer cambios radicales en la infraestructura. Los modelos de escuelas que han construido por años, lejos de motivar a los estudiantes a querer estar en sus escuelas, lo que hace es todo lo contrario. Una escuela de primer mundo, que es a lo que debemos aspirar, tiene gimnasio, piscina, canchas, teatros, jardines, laboratorios, bibliotecas, etc.; es decir, está equipada con un sinnúmero de facilidades que hacen que el estudiante se quiera quedar en la escuela practicando deportes, actuando o cantando, en fin, quiere a su escuela por todo lo que le brinda y que lo ayuda a crecer con una educación completa e integral. Si bien es cierto que estas inversiones no se pueden hacer de la noche a la mañana, no menos cierto es que se debe dejar de seguir construyendo infraestructuras para escuelas que en realidad quedan a medias. Hay que empezar a acondicionar a las principales escuelas del país con todas estas facilidades. El presidente Laurentino Cortizo ha dicho que la educación es la estrella de su Gobierno, razón suficiente para que las inversiones en infraestructura escolar sean con sentido práctico e integral. Hay que dejar de construir esas llamadas escuelas que no son más que paredes y techos en la que meten sillas, pupitre y tablero, solo para salir del paso. Hay que hacer cambios radicales en la infraestructura escolar. ¡Así de simple!

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