• 24/11/2020 00:00

Transformación económica

Opinión editorial del 24 de noviembre de 2020

Dicen los economistas que hay dos formas para que el Estado obtenga recursos, cuando la economía anda mal: impuestos o deuda. Con una deuda acumulada de mil 800 millones de dólares en cuentas por pagar del Gobierno pasado y la pandemia que coronó la crisis económica, el Gobierno optó por pedir prestado para mantener a flote el Estado, en lugar de castigar a los contribuyentes con más impuestos. La decisión, de urgencia, no tiene parangón. ¿Pero realmente lo estamos haciendo bien? La lógica dice que no, porque en el primer asomo de crisis como la actual, nuestra deuda pública ha aumentado en 7104 millones de dólares. Desde hace décadas, los sucesivos Gobiernos han balanceado el presupuesto con deuda. Pagan y vuelven a pedir. Es el círculo vicioso de los últimos 30 años y cada año más que el anterior. Lo que necesita el país es una transformación económica total. Hacer que produzcan las empresas estatales e imponer la eficiencia como estilo de trabajo. Tenemos que fomentar el ahorro, en lugar de seguir endeudándonos. En esta ocasión, era imposible que se pudiese afrontar la crisis como la actual no recurriendo a la deuda. El problema no es la deuda en sí, sino que no se haga nada y siga el modelo económico del Estado tal y como ha ocurrido, porque seguiremos balanceando el presupuesto aumentando la deuda. La lógica indica que tenemos que transformar las empresas estatales a que dejen de ser cargas y empiecen a dar dividendos; motivar la productividad de los empleados públicos y balancear los presupuestos sin más deuda.

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