• 29/12/2020 00:00

Un disgusto comprensible

Opinión editorial del 29 de diciembre de 2020

La decisión de encerrar el país en una nueva cuarentena hasta el 14 de enero llega con unos días de retraso, además de que causa disgusto en la población. Y es que la lógica elemental imponía la cuarentena a partir del 21 de noviembre hasta el 4 de enero. Sin embargo, la presión empresarial pudo más y se les permitió estirar las ventas hasta el 24. Lo triste es que, en ese momento, la población estaba predispuesta al cierre, es decir, lo veía venir, pero para sorpresa solo se anunció un cierre de cuatro días, unos días de libertad y luego cuatro días más de cuarentena. El nuevo anuncio con la cuarentena total del 4 de enero al 14, sorprendió a la población que, si bien entiende la gravedad de la pandemia, está consciente de que debió ser antes y hasta el 4 de enero. Sabe que la decisión no se tomó desde el 21 por presión empresarial, lo que demuestra que el negocio importa más que la salud. Fue exactamente lo que ocurrió a principios de la pandemia, que no se tomó la decisión de cerrar el aeropuerto en el momento que se debió cerrar, sino cuando la empresa lo decidió. Ya es hora de que las decisiones sean acordes y se tomen en base al bien común y no por presiones de ningún tipo. Esta nueva cuarentena será un segundo sacrificio con la agravante de que la sociedad la toma de mala manera. Es oportuno que las autoridades, cuanto antes, nos digan exactamente qué día llegan las vacunas, porque ese mensaje puede paliar este disgusto. No hacerlo es acrecentar más el malestar de la sociedad, que no ve el horizonte en esta desdicha. ¡Así de simple

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