El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 30/12/2020 00:00
Fortalecer los valores
Uno de los grandes problemas de la sociedad es la corrupción, sin duda, pero no vista desde el acto en sí, sino desde lo interior de la propia persona que comete el acto. Y esto es así, porque una empresa, por ejemplo, que gana un acto a base del pago de dádivas y que luego se descubra su mala acción y se anula el triunfo, aunque es un paso importante, no es suficiente si la persona que llevó adelante esa acción no se convence de que su actuar no fue el correcto. En Estados Unidos se desató un escándalo de corrupción hace unos meses, cuando las autoridades descubrieron que padres ricos pagaban cientos de miles de dólares para que sus hijos ingresaran a la universidad del sur de California. La actriz Lori Loughlin fue una de ellas, quien luego de pagar una pena de cárcel, admitió su grave error. Loughlin dijo al juez que sus acciones “ayudaron a exacerbar las desigualdades en la sociedad” y prometió hacer todo de su parte para que su experiencia sirviera de “un catalizador para el bien”. Es justo lo que no pasa en la sociedad panameña, donde muchas personas han cometido actos de corrupción y, aunque varios de ellos han llegado a quedar presos, no ha habido un solo acto de constricción, lo que pudiera entenderse que si esa persona tuviese la oportunidad de volver a cometer el mismo acto corrupto lo haría, solo teniendo mayor cuidado para no ser descubierto. Pero la corrupción no solo está en los grandes actos, sino en cosas tan pequeñas como la escuela, donde mamá o papá “ayudan” a sus hijos comprando el examen para pasar; aquellos que pagan al policía para que no les ponga una boleta o los que logran que les aprueben un plano que no cumple con los requisitos. No hay arrepentimiento de ninguna clase y eso es lo que mantiene enferma a la sociedad. Y mientras no fortalezcamos nuestros valores morales, esta sociedad seguirá creciendo, más no desarrollándose y eso hay que cambiarlo. ¡Así de simple!