• 11/06/2021 00:00

Equivocación recurrente

“Nadie sabe hacia dónde va el país ni qué planes hay a diez años. […], seguimos manteniendo las mismas equivocaciones, cuando debemos sentarnos, hacer un plan y hacerlo funcionar”

Panamá es un país relativamente joven, si se compara con sociedades de Europa o Asia. Estas sociedades atravesaron diversas etapas, muchísimas más duras que la de Panamá y Latinoamérica, hasta que acertaron en la forma de Gobierno y hoy reflejan un grado alto de bienestar. Los años previos a la dictadura, Panamá vivía una tormentosa lucha de intereses que dio paso al proceso revolucionario que al final de sus días fue decadente y trágico para el país. La restauración de la democracia nació coja, porque esos intereses que primaban antes del golpe volvieron a escena con sus mismos vicios y errores. Ni siquiera cambiaron la Constitución que antes tanto criticaron y es justo lo que se cosecha hoy: un país que se divide a velocidad de vértigo, una corrupción galopante, una decepcionante politiquería y un aumento del desánimo social que da miedo. Y el principal problema no es que el “statu quo” se mantenga, sino que el liderazgo nacional no tiene plan. Ahora han lanzado la urgente necesidad de cambiar la Constitución, pero no dicen por cuál constitución. Nadie sabe hacia dónde va el país ni qué planes hay a diez años. Es decir, seguimos manteniendo las mismas equivocaciones, cuando debemos sentarnos, hacer un plan y hacerlo funcionar. Así como nos esforzamos porque la Selección Nacional vuelva al Mundial, ¿qué cuesta que aspiremos que en 15 años lleguemos al grado de desarrollo humano? Lo único que debemos hacer es proponérnoslo y trabajar duro en lograrlo y no seguir con las bufonadas de hoy. ¡Así de simple!

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