• 13/10/2021 00:00

Decadencia

“No se puede continuar con políticos que se gritan e insultan y se tachan de ladrones. Hay que cambiarlos, no hacerlo es persistir en el error. ¡Así de simple!”

Contrario a la experiencia histórica, el mundo vive a una velocidad astronómica en todos los sentidos. Los imperios, que antes duraban cientos de años, hoy, podrían resumirse a solo decenas de años. Es decir, la sucesión pareciera más rápida y esto podría deberse a los avances tecnológicos con la era digital. Las graves crisis humanitarias que vive el mundo, donde millones de personas huyen de sus países, es un ejemplo de una decadencia que podría reconocerse como un nuevo período del oscurantismo. Y es que el mundo vive en este momento una nueva decadencia cultural, intelectual y falta de valores, donde impera la ley del más vivo. No es una cuestión de un solo país; son todos. La decadencia se ve en las escuelas, las instituciones, la televisión, en los políticos, etc. No hay mucha diferencia entre lo que pasa en Honduras y Venezuela con lo que atraviesan Nicaragua o Haití o Panamá y Chile. Tenemos que desarrollar unos nuevos ideales del movimiento humanista, una nueva forma de pensar que, como en el Renacimiento, se rompa con la visión actual del mundo. El problema en Panamá es que todavía la sociedad se apalanca en los actuales políticos para hacer el cambio, cuando es ella la que tiene el deber de reemplazar a esos políticos y hacer el cambio. No se puede continuar con políticos que se gritan e insultan y se tachan de ladrones. Hay que cambiarlos, no hacerlo es persistir en el error. ¡Así de simple!

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