• 05/03/2022 00:00

En el ADN

“La decisión del contralor Gerardo Solís de suspender de forma indefinida estos viáticos es la medida correcta”

La corrupción es un mal que se encuentra en el ADN de los panameños. Es la falta de valores cívicos y morales, los que le han abierto el portillo a la corrupción. Panamá es un país altamente centralizado y eso, en definitiva, hay que arreglarlo. La descentralización es una ley que permite desburocratizar el sistema, pero entristece que, en su primer intento, la corrupción termine haciendo naufragar esta ley. Y es que alcaldes y representantes vieron la oportunidad de echarse al bolsillo dineros estatales que deben ser destinados a obras en sus pueblos. Camuflado en viáticos o gastos de movilización, millones de dólares quedaron en los bolsillos de estos avivatos. La decisión del contralor Gerardo Solís de suspender de forma indefinida estos viáticos es la medida correcta. Saber que a través de viáticos y gastos de movilización se estaba robando al Estado y no hacer nada por impedirlo, era patrocinar la corrupción. Había que parar esta sinvergüenzura y seguir atentos de que no encuentren otros mecanismos para seguir con sus fechorías, porque como reza el refrán popular: “el perro que es huevero, aunque le quemen el hocico”. ¡Así de simple!

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