• 23/03/2022 00:00

Contradicciones

“Sí, hay que cambiar la Constitución [...]. Lo que no debe seguir es esa hipocresía de quienes “buscan la brusca en el ojo ajeno y no se sacan la viga que tienen en el propio”.”

Desde hace varios años se presiona a los Gobiernos para que cambien la Constitución. Aunque todos han prometido hacerlo, ninguno lo ha materializado. Y en estos días volvió a emerger un necesario cambio constitucional sobre el tema de la revocatoria de mandato. Y es que los diputados aprobaron un proyecto de ley que riñe con el precepto constitucional, ya que mientras la Carta Magna dice que la revocatoria es potestad de los partidos, el proyecto aprobado les quita esa atribución. Tras la decisión legislativa, muchas personas cuestionaron la flagrante violación constitucional y hasta le cayeron a un diputado de libre postulación por haber apoyado el proyecto legislativo, aduciendo que la revocatoria debe ser una potestad exclusiva de los ciudadanos. Lo irónico es que muchos de los que cuestionaron la flagrante violación constitucional no dicen nada sobre la apropiación privada de nuestras playas, cuya prohibición la consagra en su artículo 258. Y este es un hecho recurrente. Lo contradictorio es que aquí no hay gritos ni alharacas, quizás porque muchos de los que ven la violación constitucional de los diputados, son propietarios de apartamentos cuyos edificios están construidos justo al borde de la playa. Sí, hay que cambiar la Constitución y ordenar la casa para el bien de todos. Lo que no debe seguir es esa hipocresía de quienes “buscan la brusca en el ojo ajeno y no se sacan la viga que tienen en el propio”. ¡Así de simple!

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