Decir adiós

Todas las decisiones importantes tienen consecuencias importantes, y el establecimiento de relaciones diplo máticas con la República Popular de China en detrimento de la antigua alianza con la República de China (para desambiguaciones, Taiwán) no podría ser una excepción. Más bien, resulta una constatación contundente de esta regla. Los efectos de una medida largamente postergada y que, a nuestro entender, conduce al punto de madurez política al que aspira Panamá, serán complejos y algunos, seguramente dolorosos. Taiwán ha estado al lado del desarrollo de Panamá durante 94 años, en momentos en los que nuestra joven República necesitaba respaldo y ayuda por partida doble. La isla ha sido también referencia académica para muchos panameños que han optado por la excelencia profesional con la asistencia generosa del Gobierno de Taipei. Han contribuido como país a la consolidación de parte de nuestra infraestructura nacional y fueron solícitos con nuestras necesidades. El reciente paso del embajador José María Liu, primero becario en Panamá y luego el máximo representante de su Gobierno en nuestro país, es un ejemplo de cómo se entrelazaron las relaciones durante estos años. No es fácil decir adiós para siempre, y desde este periódico esperamos que pronto se encuentre una fórmula mágica para no romper definitivamente con quienes han acompañado de cerca el crecimiento panameño en más de un aspecto. Dejamos a los diplomáticos la habilidad de hacerlo posible.