Peligroso atolladero

Las discrepancias políticas podrían atascar peligrosamente el desarrollo del país. Este ambiente eterno de crispación política que los panameños estamos viviendo, especialmente durante el último año, pone en riesgo los avances democráticos y económicos logrados. De mantenerse esta agotadora confrontación que se observa en todos los partidos políticos (interminables campañas de desprestigio, incendiarias protestas, burdas declaraciones contra todo y todos), caminamos hacia una parálisis social. Alimentan este pesimista escenario las divisiones políticas internas entre aliados, disparatados intereses individuales y desmedidas ambiciones de poder. La incapacidad para dialogar se evidencia en la falta de soluciones a los problemas en la sanidad pública, agua, minería, designaciones de magistrados, reformas constitucionales y un largo etcétera. Diálogo, acuerdo y consenso es el espíritu político que hay que recuperar. Lo contrario es solamente retroceder.