• 04/06/2023 00:00

Un ruido excesivo

“Los ruidos excesivos hay que silenciarlos”

“¿Qué sentido tiene pitar?”, es una de las preguntas que se hacen los ciudadanos cuando escuchan el ruido estridente de varias bocinas de los carros, mientras transitan por las principales calles de la ciudad. A menudo somos testigos de la impaciencia de los conductores y su ensañamiento; no se es consciente de lo que se está generando. La principal fuente de este ruido excesivo es el tráfico. La contaminación acústica es algo más que una molestia, es un problema de salud pública. Según la OMS, este tipo de contaminación es la tercera más peligrosa precedida por la del aire y del agua. Sus efectos nocivos son muy serios: pérdida auditiva, problemas psicopatológicos, perturbación del sueño, hipertensión, menor concentración, estados de ánimo alterados, nerviosismo en niños y mascotas, ansiedad, depresión, y en otras consecuencias, fatiga. Frente a la evidencia solo queda la necesidad de buscar soluciones para aislar el ruido exterior y ganar en calidad de vida. Está claro que erradicar este mal no será rápido y que implica inversión, pero hay que ejecutar. Las autoridades deben entender que esto es un problema real. Se debe impulsar y llevar a cabo una normativa exigente y dar el debido seguimiento de su cumplimiento. Hay que fomentar también el cambio de hábitos de los ciudadanos. Hay que reconocer que ha habido intentos legislativos para frenar el exceso de ruido, pero hace falta más. Urge una planificación vial para disminuir el congestionamiento, y mejores servicios de transporte. Los ruidos excesivos hay que silenciarlos.

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