• 17/10/2025 00:00

Internet de las cosas y la violencia doméstica digital

Tomando en cuenta que vivimos en un mundo inteligente y que, la tecnología avanza rápidamente brindando numerosos beneficios, estando cada vez más conectados, hemos pasado del estudio del delito de violencia doméstica que se da en el ámbito familiar contra cualquier miembro de la familia, al estudio de la violencia digital, y en concreto la violencia doméstica cibernética o facilitada por la tecnología, a la que a continuación nos referiremos brevemente.

Ya hablamos de ciudades inteligentes (smart cities) y edificios inteligentes (smart buildings), y de igual forma hogares inteligentes (smart home), que cuentan con dispositivos y sistemas que se pueden controlar de forma remota a través de internet.

En lo que respecta, a las casas automatizadas, hogares inteligentes, o smart home u hogar digital, en el espacio del hogar, se controlan las luces, la calefacción, están conectados los electrodomésticos, el aire acondicionado, las persianas, alarmas, cámaras de seguridad, las luces están programadas para encender y apagar, al igual que la televisión que se apaga cuando percibe que la persona se durmió.

Todo parece perfecto y envidiable porque existe una conectividad de todo tipo de elementos físicos conectados a una red en el hogar, de uso doméstico, sistema automatizado que se conoce como el internet de las cosas (IOT Internet of things).

El internet de las cosas, si bien facilita la vida en el hogar por su eficiencia y comodidad, desde hace algún tiempo se ha empezado a detectar sus inconvenientes y riesgos, no solo por la vulnerabilidad a los ataques informáticos, sino porque a través de ello se ha abusado o maltratado tecnológicamente a la mujer, por parte de su pareja o expareja.

Y así se da una violencia doméstica digital, facilitada por la tecnología, que ocasiona numerosas afectaciones en el orden físico, sexual, psicológico, social, político o económico u otras vulneraciones de los derechos y libertades, preferiblemente a las mujeres.

Es usual, entonces, la práctica del uso de GPS para vigilancia y rastreo, el ciberacoso contra la pareja o expareja, el monitoreo y control de las actividades, a través del internet de las cosas (IOT), y se atormenta a la víctima a distancia, programando los sistemas de seguridad, las cerraduras, la calefacción o el aire acondicionado, con una apariencia de falsa seguridad, colocando cámaras en el cuarto del bebe, o en la casa para escuchar conversaciones y ver sus movimientos, o darle peluches u otros regalos con el mismo fin.

Con ello, el agresor que maneja la tecnología usualmente abusa en el contexto familiar de su pareja o expareja, la intimida o amenaza, la manipula y controla, con herramientas tecnológicas, invadiendo su vida personal, y afectando su intimidad, con fines también de aislarla, o afectarla emocionalmente con tácticas como el gastlighting, realizando actos de phubbing (acto de ignorar a la persona), o de snubbing( despreciar a la persona), o distribuyendo imágenes intimas sin su consentimiento, entre otros.

Este tipo de violencia que es riesgoso se ha manifestado en países como: Estados Unidos, Reino Unido, entre otros, y pasa desapercibido por su víctima que ignora, que está siendo maltratada a través de estos medios, por lo que de lege ferenda, como lo reiteramos recientemente en una publicación (Reeps/2025), es recomendable su punición en nuestro país.

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