• 23/10/2025 00:00

La labor social que lleva a cabo el CADI en la sociedad

Parto desde la experiencia personal, que es la mejor validación para elaborar este trabajo. Ocurre que ayudé a formar, a educar, a una niña que hoy es una jovencita con síndrome de Down, una condición de vida y no una enfermedad, que es el resultado de la alteración del cromosoma 21.

Cuando conocí internamente a la Universidad Especializada de las Américas –Udelas–, descubrí el Centro de Atención a la Diversidad –CADI– y descubrí que su nombre era pequeño para la enorme labor interdisciplinaria que adelantan los profesionales que allí laboran, acompañados por los estudiantes practicantes, que hacen sus horas de carga en este centro, en favor de las personas con discapacidad y requerimiento de orientación en todas las necesidades que tienen nuestros niños y jóvenes.

En el CADI, no solo yo encontré respuestas para el habla, la lectoescritura y el desarrollo personal, también he visto padres o cuidadores que asisten desde distintos puntos de la ciudad y traen a sus niños y jovencitos para recibir clases en disciplinas como la estimulación temprana, fonoaudiología, la docencia para personas con discapacidad intelectual, orientación y psicología, con una referencia del colegio o un centro médico que los remite para buscar terapias en distintas áreas. Esta respuesta la reciben por parte del cuerpo de profesionales del CADI, que se ha constituido en un punto de referencia como unidad académica y que es parte del modelo de Escuela para Todos, que desde su creación y consolidación se ha convertido en referente a nivel nacional para este grupo de panameños y de otros países de la región que nos han visitado y han observado este modelo que transforma vidas. Y esa transformación de vidas forma parte de la unidad molecular de la Udelas.

En el CADI, a la espera de atención, he visto madres jóvenes, parejas jóvenes, tías, abuelos traer de las manos a esos pequeños o jóvenes para sus clases; y, cuando conversas con ellos, descubres que detrás de cada uno hay una historia que, a veces, parte de un diagnóstico frío y que, al ver la atención, descubren que hay no solo toda una intervención académica, sino también la calidez del ser humano que se encuentra en cada uno de ellos. Y es que, para poder atender a esta población, la epidermis tiene que estar a flor de piel. Así como hay personas que pueden cubrir las cuotas de atención en el CADI, he visto y conocido cómo algunos padres no cuentan con los recursos para una atención semanal o bisemanal de cualquier terapia. Lo importante es que el progenitor o cuidador sabe que, luego de un proceso de investigación social, este servicio tiene un costo simbólico o no tiene costo alguno.

Al entrar al CADI, como periodista y usuario, también he escuchado historias de padres con niños autistas que creían el camino perdido; padres de niños sordos que han visto cómo sus hijos aprenden a usar sus manos para comunicarse; cómo estudiantes con lento aprendizaje aprenden técnicas para mejorar sus calificaciones, con la ayuda también de sus propios padres; y jóvenes con baja o cero visión que desarrollan habilidades para poder movilizarse.

El 22 de octubre se conmemoró el Día Internacional de la Concienciación sobre la Tartamudez, o la espasmofemia, disfemia o disfluencia del habla, y sin duda, aquí la labor de los fonoaudiólogos juega un papel importante, y los cambios se dan. Soy testigo del trabajo que hace día a día en el CADI su directora, que es fonoaudióloga con varias especialidades, entre ellas patología de audición y lenguaje.

El recorrido del CADI tiene 15 años y, en ese caminar, existen personas que no solo son funcionales dentro de la sociedad, sino que cuentan con un trabajo profesional y son voces que replican la labor del centro en sus vidas y en la de otros panameños. Por eso, es importante que el Estado vea con números y piel esas vidas que han recibido la atención de esta unidad, que opera dentro de la Udelas, así como su visión del servicio externo que lleva esta institución superior a favor de las personas con discapacidad, que, como vemos, solo necesitan ser visibilizadas y atendidas para integrarse a la sociedad.

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