Entre los temas más controversiales que maneja cualquier país, se encuentra el costo de la vida, ya que es una realidad que los precios actuales de los alimentos y otros, en comparación a años anteriores no son los mismos por los incrementos constantes de la materia prima, el combustible y los cambios climáticos, por mencionar algunas variables exógenas que inciden en los precios.

Por ejemplo, para llevar una medición y tener un aproximado del costo total de la canasta alimenticia, los gobiernos, a través de instituciones, desarrollan monitoreos mensuales de los productos que se incluyen en determinado listado, en base a mediciones económicas.

De esta manera, en Panamá, para el cálculo del costo total de la llamada “Canasta Básica Familiar de Alimentos (CBFA)”, se toma en cuenta el consumo de cada producto establecido por el Ministerio de Economía y Finanzas y la Contraloría General de la República, según los análisis hechos por esas entidades en base a la Encuesta de Ingresos y Gastos. Por ejemplo, el consumo mensual del pollo, desde enero 2015, se estableció en 7.40 kilogramos para una familia de 4 personas y del arroz de primera en 17.94 kilogramos, y así se hace en cada uno de los productos incluidos en esa lista oficial.

Los 59 productos que se le da seguimiento mensualmente, se aglutinan en grupos, tales como: cereales (arroz, maíz, avena, pan); carnes (pollo, carne de res, pescado, salchicha, mortadela); grasas (aceite vegetal, margarina); azúcares (azúcar morena); lácteos (leche); misceláneos (sal, pasta de tomate); vegetales y verduras (lechuga americana, papas, zanahoria, cebolla); leguminosas (lentejas); frutas ( plátano, guineo, manzana) y huevos.

Como se puede observar solo son alimentos, no se incluyen productos, como los del aseo personal, del hogar y otros que son usados diariamente. Tampoco incluyen los servicios públicos, transporte, entretenimiento, etc. Solo son 59 productos alimenticios, a los que mensualmente se monitorean sus precios.

Ahora bien, la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) se limita a monitorear los precios mínimos en cada establecimiento, con el fin de proporcionar a los consumidores esta información. Lo anterior se hace evidente, cuando los informes estadísticos de esta institución privilegian la publicación de los datos de cada local comercial en particular, agrupados según sector geográfico.

Estos seguimientos de precios no toman en cuenta la calidad de los productos, las ventajas que un determinado establecimiento pueda ofrecer a sus clientes, sino solamente los precios más económicos. Es importante señalar que, dependiendo de las comparaciones mensuales, los costos aproximados pueden aumentar o disminuir; igualmente, si la comparación se hace por año, tomando el mismo mes de referencia.

Por ejemplo, cuando se anunció en algunos medios, que hubo una disminución de $1.61 en el costo promedio más bajo de la canasta básica familiar de alimentos en supermercados, durante el monitoreo mensual de septiembre del presente año, se hizo comparando con los resultados obtenidos en agosto, según cifras preliminares. Esto en base, a que el costo promedio detectado en septiembre, fue de $294.25, mientras que en agosto se registró $295.86. En lo que respecta a las abarroterías y minisúper, ocurrió un incremento de 25 centésimos en este mismo período (septiembre $344.25, agosto $344.00).

Ahora, si la comparación se hace con el año anterior, el costo más económico de la CBFA tuvo un incremento de $6.59, lo que representa, en términos porcentuales un 2.29%. Estas cifras aplicables a la ciudad de Panamá y San Miguelito, se obtienen mediante visitas a 89 establecimientos comerciales. 52 supermercados y 37 comercios de rutas (minisúper y abarroterías), por encuestadores del Departamento de Información de Precios y Verificación (Diprev) de la Acodeco. Es una labor técnica, que conlleva mucha dedicación, a pesar de las opiniones contrarias que se divulguen, principalmente en algunas redes sociales.

Estas encuestas mensuales tienen el objetivo de proporcionar información a los consumidores, sobre la evolución de precios de los distintos productos de la canasta básica, con el propósito de que cuenten con elementos objetivos que permitan tomar mejores decisiones de consumo.

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