• 16/10/2016 02:00

El problema no es el director, ¡es todo!

‘Llegó la hora de construir una CSS fuerte, con un marco legal sólido y con una clara y decidida visión institucional y apolítica '

El presidente Juan Carlos Varela anunció a los empresarios de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá el pasado 2 de junio que después de inaugurada la ampliación del Canal de Panamá, sus energías se orientarían a resolver los problemas de la Caja de Seguro Social (CSS). Hasta ahora, de lo único que ha hablado es del desabastecimiento de medicamentos, la mora quirúrgica y el pésimo estado de las instalaciones de atención al público, pero ni una sola palabra de las reformas al programa de Invalidez, Vejez y Muerte o del aumento a la edad de jubilación. Incluso, hay quienes discuten actualmente sobre la conveniencia o no de remover a su actual director, Estivenson Girón, como si quitarlo para poner otro resolviera la crisis que desde hace varios lustros afecta a la CSS.

No hay duda de que las licitaciones impugnadas, la falta de oferentes de medicamentos, la evasión de documentos requeridos a los proveedores, la demora en la emisión de órdenes de compra y los atrasos en los pagos a las empresas son puntos válidos que apuntan en contra de la actual administración. Sin embargo, insinuar alegremente remover al director como una solución a los problemas de la CSS, es desconocer el meollo del asunto y quitarle importancia a los errores cometidos en el pasado.

La CSS es literalmente un monstruo de cien cabezas. En otras palabras, eliminar a un director para poner otro no soluciona absolutamente nada; al contrario, se agudizan los problemas, se politizan los procesos y se minimiza la seriedad de la crisis. Además, la institución quedaría en un limbo administrativo, operativo y organizacional que puede tardar meses o años en resolverse. Habría que volver a iniciar el proceso de selección, pasar la lista de candidatos a una comisión dentro de la Junta Directiva, luego entregar al Ejecutivo la terna de nombres y, mientras tanto, ¿quién administra la CSS?

No es sencillo remover a un director de la CSS. Hoy día la Ley es diferente a cuando Ricardo Martinelli o Juan Jované fueron destituidos. Además, ¿quién quedaría encargado, el médico subdirector que tenemos ahora? No creo que ese sea la solución ni tampoco pienso que se atrevería a hacer mucho.

‘EL GOBIERNO DE ESPAÑA, TAN PRONTO SE FORME Y SEA EL QUE SEA, SEGUIRÁ ABIERTO A DIALOGAR SOBRE AQUELLAS CUESTIONES DONDE SÍ PUEDE HABER ACUERDO... '

El problema medular de la CSS requiere de una reflexión y análisis responsable. Por un lado, nadie se atreve a investigar sobre los $72 millones que se encuentran trabados en la Corte Suprema de Justicia por compras de medicamentos impugnadas, así como más de $200 millones irrecuperables por malas inversiones en tierras y edificios que se despilfarraron de dineros de los asegurados durante decenas de administraciones. Y por otro lado, no debemos olvidar que cuando se politiza la Junta Directiva y se separa ilegalmente a un director, como ocurrió durante el Gobierno de Mireya Moscoso, se retrocede en esfuerzos y energías en la solución de los problemas de la institución. Por eso sería un sinsentido cometer el mismo error con Girón.

A propósito de Girón, la realidad es que él está cumpliendo exactamente el papel que el presidente le encomendó y es hacer nada. El trabajo de él significa mantener el status quo y alargar el tiempo lo más que pueda. Y si ocurriera lo impensable, que es separar a Girón por una vía legal, la Junta Directiva tendría primero que separarlo y luego el presidente Varela tendría que confirmarlo. Y ya pueden imaginarse el tiempo que tardaría Varela para tomar esa decisión final, tal vez varios meses o a lo sumo dos años.

Nuevamente, la preocupación de todos debiera centrarse en responder qué vamos a hacer con la CSS, cómo vamos a eliminar la burocracia y los procesos inoperantes, cuándo vamos a reformar la Ley Orgánica y adecuar el programa Invalidez, Vejez y Muerte, y también cuándo el presidente va a cumplir su palabra empeñada a los empresarios el pasado junio.

En el cortísimo plazo, el mayor desafío que tiene el país es recobrar la confianza en nuestras instituciones. Llegó la hora de construir una CSS fuerte, con un marco legal sólido y con una clara y decidida visión institucional y apolítica. Y en este último sentido, es necesario involucrar al sector privado, que es parte del problema y que debe ser parte de la solución. Y para ello, sugiero impulsar la redacción de códigos éticos de conducta y de autovigilancia empresarial para erradicar la corrupción y desmantelar la agobiante burocracia que carcome de cabo a rabo la CSS.

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