• 06/11/2016 01:00

Sube el mercurio... y explotan las neuronas

‘... el cambio climático no es un engaño...'

De todas las declaraciones descabelladas que Donald Trump ha hecho durante sus 19 meses de campaña electoral en los Estados Unidos, la más extravagante fue sugerir que el cambio climático es un engaño fabricado por China para dañar a los Estados Unidos. ‘El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos, con el fin de hacer que la fabricación de EE.UU. no sea competitiva', tuiteó Trump en junio pasado. Posteriormente dijo, poco convincente, que había estado bromeando sobre China, pero cree que el cambio climático no representa una amenaza para la humanidad.

Esta posición obstinada de Trump enfrenta a una nueva ola de investigaciones que demuestran que el cambio climático es mucho más dañino de lo que imaginamos. Hasta ahora, el enfoque se ha centrado en el descongelamiento de glaciares, crecimiento de los mares, huracanes más intensos, la acidificación de los océanos, la sequía y las malas cosechas. Sin embargo, cada día encontramos más estudios sobre los efectos que causa directamente en nuestros cuerpos y mentes.

Un documento preparado por Jisung Park, un estudiante de Ph.D. de economía en la Universidad de Harvard, comparó el desempeño de estudiantes en la ciudad de Nueva York en casi 5 millones de exámenes de admisión y contrastó los resultados con la temperatura del día de la prueba. Se encontró que los estudiantes que hacen el examen en un día con temperaturas de 30 °C o más tienen un 15 % de mayor probabilidad de fallar que cuando la temperatura es de 25 °C o menos. Los exámenes de admisión determinan si un estudiante entra o no a una universidad, lo cual pone de manifiesto una nueva variable totalmente desconocida hasta ahora que es importante para efectos de entrar a estudiar una carrera.

Del mismo modo, el estudio encontró que cuando un año escolar tiene un número inusual de días calurosos, los estudiantes tienen resultados más bajos en exámenes estandarizados, presumiblemente debido a que han aprendido menos. Un año escolar con cinco días adicionales por encima de 30 °C lleva a los estudiantes a tener calificaciones 15 % más bajas de sus promedios. Aunque la mayoría de las escuelas dispone de acondicionadores de aire, a los estudiantes les va mal en los días calurosos. Imagínese las consecuencias si no hubiera acondicionadores de aire.

Una buena parte de los colegios privados en Panamá tiene acondicionadores de aire, pero la inmensa mayoría de las escuelas públicas carece de estas facilidades, un dato curioso al tiempo que tenemos un promedio de 33 días al año por encima de 30 °C y se prevé que aumente a 45 días para el año 2100. Sin duda, el calor no solo afecta el rendimiento escolar sino también nuestros cuerpos y nuestras mentes, al punto que si las temperaturas aumentan mucho, las personas comienzan a morir. En India, un aumento de 2 °C en las temperaturas medias diarias conduce a un aumento del 10 % en la tasa de mortalidad anual.

En los Estados Unidos, el calor mata gente. Un solo día por encima de 30 °C aumenta la tasa de mortalidad mensual en más de un 1 %, según una investigación realizada por Olivier Deschenes de la Universidad de California en Santa Bárbara y otros economistas. En términos simples, el cuerpo humano no funciona bien cuando el mercurio sube por encima de 30 °C.

Tal vez no debiera sorprender que el aumento de temperaturas también produce más violencia. Según Edward Miguel de la Universidad de California, Berkeley, el aumento de temperatura genera más violencia, más muertes, más guerra, más disturbios, más malestar. Durante los días calurosos, la gente es más irritable. En Arizona tocan la bocina de sus autos más enojados, en España ocurren más accidentes de tránsito, en Brasil aumentan los delitos contra la propiedad y los homicidios, y en Italia los agentes de policía son más propensos a disparar sus armas.

Parece que 2016 será el año más caliente de la historia y en cada uno de los seis primeros meses del año se estableció un récord de temperaturas altas: el enero más caluroso, el febrero más caliente, el marzo más sofocante, y así sucesivamente. Pero no se trata solo de que el mercurio suba; fundamentalmente, estamos creando un mundo más caliente de lo que estamos adaptados.

Así que es hora de que Trump y todos sus seguidores entiendan que el cambio climático no es un engaño y tampoco una conspiración china. Porque, a menos que hagamos algo, ¡quedaremos todos fritos en el corto plazo!

*EMPRESARIO, CONSULTOR EN NUTRICIÓN Y ASESOR EN SALUD PÚBLICA.

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