• 28/02/2011 01:00

La partida del Canciller de la Dignidad

La diplomacia panameña y el país se encuentran de luto, ante el fallecimiento de Juan Antonio Tack. Una personalidad sobresaliente del s...

La diplomacia panameña y el país se encuentran de luto, ante el fallecimiento de Juan Antonio Tack. Una personalidad sobresaliente del siglo XX, que fue canciller en la etapa más crucial de nuestra historia y relaciones internacionales. Tack fue un diplomático y docente universitario de arraigadas convicciones patrióticas y democráticas, un hombre de visión, institucional, lúcido en sus decisiones, cabal en su deber, generoso en su trato y de grandes cualidades humanas.

A los 26 años inició su trayectoria en la Cancillería, ocupando distintos cargos, hasta su designación como ministro de Relaciones Exteriores y jefe del equipo negociador de los Tratados Torrijos Carter.

Tack fue protagonista de eventos internacionales que transformaron el estilo de negociación diplomática en nuestro país, con lo cual se puso en alto el nombre de Panamá en los foros internacionales: Naciones Unidas, el Movimiento de Países No Alineados, la Organización de Estados Americanos y la creación de la Unión de Países Exportadores de Bananos, en un mundo regido por el bipolarismo que demandaba lealtades sin titubeos, en un país ocupado por 14 bases militares, con un tratado ignominioso que nos proyectaba como un ostensible protectorado extranjero y nos imponía a perpetuidad lesivas cargas a la dignidad de la nación.

De su fructífera labor en la Cancillería, podríamos enumerar múltiples iniciativas; sin embargo, un aspecto prioritario fue participar en la construcción de una política exterior solidaria con los movimientos de liberación nacional en el mundo y establecer relaciones diplomáticas con más de 50 países de África y Asia, incluso se reanudaron las relaciones con Cuba, que fortalecieron la presencia internacional del país. En 1973 se convoca el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en nuestro país, donde pronunció la célebre frase ‘Los Estados Unidos han vetado a Panamá, pero el mundo entero ha vetado a los Estados Unidos’.

Esta histórica convocatoria contribuyó a dimensionar la política exterior panameña, fortaleciendo la capacidad de negociación del país, inmerso en una lucha diplomática desigual y asimétrica con la primera potencia del mundo. Un año después suscribe el Acuerdo con el secretario de Estado, Henry Kissinger, que estableció las pautas de las negociaciones de los Tratados del Canal. En momentos cruciales, en los que Panamá jugó un papel destacado en el ámbito mundial e interamericano, auspiciando la creación en 1975 del Sistema Económico Latinoamericano (SELA).

Pero la figura de Juan Antonio Tack no se agota allí, sus habilidades diplomáticas durante el proceso negociador fueron muchas, así como lo confirman quienes tuvieron el privilegio de conocerle y trabajar a su lado. Destacándose su gran capacidad y empatía para cultivar relaciones estrechas y productivas con personalidades claves, en el devenir internacional de su época, como Henry Kissinger y Ellsworth Bunker, así como líderes latinoamericanos, africanos y asiáticos que abrazaron la legitimidad de la causa panameña. Esfuerzos diplomáticos que culminaron con los Tratados Torrijos—Carter, superándose las causas de conflictos al derogarse la ignominiosa cláusula de perpetuidad y la erradicación de la presencia militar extranjera con la plena reversión de la Zona del Canal a la jurisdicción nacional y el control administrativo del Canal.

Profundo conocedor de la evolución histórica del país y de las entramadas relaciones con Estados Unidos, Tack fue un investigador acucioso en la Universidad de Panamá, donde sostenía que el nacionalismo popular fue un ingrediente esencial en el complejo proceso de negociaciones, así lo testimonian sus obras publicadas que destacan su permanente preocupación por fortalecer la conciencia crítica de nuestras juventudes.

La historia demostró certeza de la visión estratégica de Omar Torrijos y el talante de su equipo negociador que integraron además: Rómulo Escobar Betancourt, Aquilino Boyd, Carlos López Guevara, Diógenes De La Rosa, Jorge Illueca, Arístides Royo, Fernando Manfredo y Adolfo Ahumada entre otros. Sin complejos de país pequeño, se impuso la tenacidad y la racionalidad negociadora para superar los mitos y miedos del destino manifiesto, situando nuestras relaciones con la potencia mundial como un clásico ejemplo de solución pacífica de las controversias.

La inesperada partida de Juan Antonio Tack deja a la nación con un gran vacío, pero nos deja un legado de compromiso con las nuevas generaciones, un marco de referencia en la defensa de los intereses estratégicos del país. Su coherencia en la política exterior y la firmeza de sus convicciones patrióticas fueron rasgos notables que rindieron prestigio al país y, su obra en la diplomacia panameña permanecerá como faro de orientación e inspiración para nuestros jóvenes diplomáticos e historiadores que le han honrado como el Canciller de la Dignidad. Paz a su tumba.

* ABOGADO Y ANALISTA INTERNACIONAL.

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