• 03/05/2011 02:00

De héroes anónimos: David Ocalagán

¿ Hace falta morir para que lluevan elogios sobre las virtudes de una persona? El caso de Billy Ford, sobre quien cayeron lluvias de bue...

¿ Hace falta morir para que lluevan elogios sobre las virtudes de una persona? El caso de Billy Ford, sobre quien cayeron lluvias de buenos adjetivos, pero todas luego de fallecido, nos hace preguntarnos, ¿no se pueden reconocer méritos y luchas en vida? Durante años he visto la presencia en los medios de comunicación de David Ocalagán, aquejado por problemas renales agudos, que incluyen la necesidad de diálisis.

Sin embargo, poco lo he escuchado exponer sobre sus males, sino como un vocero social de la suerte de centenares de panameños que sufren los rigores físicos y psíquicos de quienes han perdido la capacidad del funcionamiento de ese laboratorio interno que es el riñón, y tienen que apoyarse en ayudas técnicas para no envenenarse.

Por el vínculo doble de venir de una familia de uniforme y haber estado como alumno en el Instituto Militar General Tomas Herrera, David me ha enviado un correo, que sin su permiso, y que me excuse, deseo compartirlo. (Cito): ‘Estimado Comandante, actualmente estoy en casa en reposo total, por un acuerdo entre el médico cardiólogo y mi persona, para no permanecer en los pasillos de la sala de urgencia, que está llena de pacientes con toda clase de enfermedades, todos juntos, hombres y mujeres, mientras me realizan los exámenes radiológicos (ecocardiograma). Tuve que esperar tres días en la sala de cuidados críticos y no lo hicieron; luego he pasado seis días en mi casa para que lo realizaran y ahora debo esperar seis días más para que hagan un ‘Eco Transesofágico’ el próximo martes tres de mayo, indispensable para determinar el diagnóstico del daño al corazón, luego de un infarto. En medio de esto estoy realizándome las diálisis en el complejo metropolitano sin un equipo médico llamado ‘Desfibrilador Cardíaco’ (se lo robaron hace más de un año y las investigación no termina, y mientras tanto no lo remplazan; en cada sala de hemodiálisis debe haber uno por obligación), para que si ocurre un evento de urgencia el paciente tenga una oportunidad de seguir con vida; de esta situación hemos alertado al Servicio de Nefrología a cargo del Doctor José Manzanares y a la Dirección General de la CSS, a ver si lo resuelven, no solo por mí, sino también por los 330 pacientes que reciben tratamientos en esa sala de hemodiálisis y mantienen iguales riesgos que los míos. Todos los médicos que me atienden me dicen que aun estoy en un estado delicado del corazón y lo agrava la diálisis; sin embargo, el tiempo transcurre lento y a una velocidad que no comprendo para tener mi diagnóstico final y que los médicos de cardiología puedan actuar para mejorar mi condición clínica. En medio de todo esto, faltan insumos para obtener todos los resultados de los laboratorios químicos indispensables para el diagnóstico y medicamentos para la terapia del tratamiento, para mantenerme estable mientras espero el diagnóstico final, como por ejemplo los insumos para saber los valores de los niveles de fósforo, medicamentos para controlar el PTH y el cardevidol de 6.25 para el corazón. Estoy enfrentando todo esto, es lamentable y soy uno de los miles de panameños que viven situación peor en los servicios de salud que brinda la CSS. Compañero, a mi no me pueden botar de la CSS, porque no trabajo en ella, pero sí me pueden empujar hacia el cielo, ante tanta demora para mi tratamiento al corazón. Salud. David A. Ocalagan’.

El correo de David, francamente, me conmovió. Y decidí responderle a él, con lo que hoy busco hacer público. (Cito): ‘David: Tu viacrucis ha sido largo e intenso. Te admiro, porque en medio de tu extenuación física, tu espíritu se impone y sacas a relucir un coraje interior extraordinario. Pero aun admiro más que siempre te he visto luchar socialmente, no individualmente, siempre siendo un vocero de muchos que sufren, no solo de tus serios sufrimientos. Es muy difícil encontrar hombres como tú, que ante gravísimos padecimientos que quebrarían a hombres valerosos, sacas fuerzas para pedir no solo por ti y tus desgracias personales, sino por muchos en desgracia. Créeme que oraré a Dios por ti, la posibilidad que tengo, y ojalá Él me dé alguna otra idea para ayudarte. Abrazos’.

Distinguido señor director general de la Caja del Seguro Social: ¿Hay otras maneras rápidas y efectivas de ayudar a David, antes de hacerle elogios post mortem?

*ABOGADO Y CORONEL RETIRADO.

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