El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 28/06/2011 02:00
Cuando todos los problemas se reducen a uno
Es el momento propicio para hacer un llamado de reflexión a los que tendrán la responsabilidad de continuar con la administración de nuestra primera casa de estudios. Pienso que lo primero que se debe tener presente es que la Universidad de Panamá ha gastado aproximadamente mil millones de dólares en los últimos 10 años; sin embargo, sus estudiantes todavía tienen que formar largas filas para matricularse, no tienen una cuenta de correo electrónico, reciben créditos oficiales hechos a mano, etc. Esto es incompatible con la tendencia de recientes gobiernos a desarrollar megaproyectos y llevar a Panamá al primer mundo.
Al destinar la UP más del 90% de su presupuesto al pago de salarios se incumple con el artículo 9 de su Ley Orgánica, que establece que la investigación es ‘su objetivo y función esencial, para lo que se obliga a fomentar su desarrollo, a priorizar la asignación de recursos’. Lo que es peor, parte de los recursos asignados a la docencia se pierden cuando se admiten estudiantes con claras deficiencias en muchos aspectos.
Estos hechos me permiten sugerir a la nueva administración que reoriente una cantidad significativa de su presupuesto hacia la investigación. Pero ello sólo será posible limitando su población estudiantil con las pruebas de admisión correspondientes y estableciendo cupos en cada carrera, en base a las necesidades reales de profesionales en el país.
Por otro lado, soy de la opinión de que la interrupción de la paz social en los predios de la Universidad es protagonizada precisamente por estudiantes que no aprobaron las pruebas para ingresar a la misma. Estudiantes que por sus limitaciones son más vulnerables y manejables. La mejor evidencia de ello es el hecho de que los incidentes violentos propios de la U no se observan en la UTP, Universidad que aplica sistemas de ingresos más rigurosos.
Soy un convencido de que el bajo rendimiento de los estudiantes a nivel primario y secundario, a pesar de la fuerte inyección presupuestaria que hace el Estado, se debe en parte a que los estudiantes piensan que su ingreso a la Universidad está casi garantizado. Si la UP fuera más estricta en sus requisitos de admisión, no tengo la menor duda de que cada estudiante se esforzaría más para aprender y asegurar así su entrada a la Universidad. Recordemos que la competencia en la fuerza motora de la innovación.
El efecto dominó de lo antes indicado sería extenso. Una población escolar concentrada en los estudios, porque qui ere ingresar a la Universidad, sería una generación de jóvenes que estaría menos tiempo en las calles, reduciéndose así la posibilidad de que caiga en las garras de la delincuencia. ¡Negocio redondo! ¿Verdad? Finalmente, deseo manifestar que no comparto la posición de que la UP debe ser de puertas abiertas para evitar que aumente el desempleo y sus subsecuentes problemas sociales. La Universidad no está para amortiguar las estadísticas de desempleo ni creo que sea un problema tan serio en estos momentos.