• 01/10/2011 02:00

Cambio al cambio

MÉDICO Y EX MINISTRO DE SALUD.. Las grandes metas del país y América, a las que hemos avanzado con esfuerzos y sacrificios, otra vez se...

MÉDICO Y EX MINISTRO DE SALUD.

Las grandes metas del país y América, a las que hemos avanzado con esfuerzos y sacrificios, otra vez se ven en riesgo de ser desvirtuadas por los eternos antivalores del entreguismo, las ambiciones descontroladas grupales, la violencia, la impunidad, la negligencia y la pasividad que se dan dentro de la sociedad. El objetivo de la justicia social y las tareas contra la pobreza, la ignorancia y la incultura han estado ligadas desde hace más de un siglo a nuestra lucha por nuestra soberanía.

Siendo un pueblo multirracial y cultural, nos está costando uniformar y definir las fórmulas para superarnos. Las riquezas derivadas de nuestra posición geográfica han sido siempre codiciadas por las grandes potencias. Esas usurpaciones se han dado en todos los continentes llamados subdesarrollados, a manos primero de los países europeos y luego de sus herederos en nuestro continente. Inclusive las oligarquías criollas republicanas han mantenido el vasallaje sobre la población mestiza e indígena, grandes mayorías de ese proletariado. Como consecuencia de esa realidad siempre han surgido movimientos para defendernos y protegernos. Los intentos independentistas, las acciones por la soberanía en la ex Zona del Canal son sus claras manifestaciones. En el siglo pasado los profesionales nacionalistas crean Acción Comunal, para impedir las intervenciones de USA en el país e iniciar una revolución socializante y de concienciación para los más humildes.

En 1936 Harmodio Arias modificó los tratados del Canal; justamente para eliminar esas cláusulas, Arnulfo Arias activó en sus breves dos y medio años de gobierno en total una serie de leyes que fueron el motor inicial de este desarrollo: igualdad de los hijos, voto a la mujer, Universidad de Panamá, Conservatorio de Música, CSS, patrimonio nacional, vacaciones para los trabajadores.

Sus opositores fueron siempre: USA, las oligarquías económicas y sus instrumentos los militares. Sus detractores lo acusaron falsamente de nazi. Él nunca fue embajador en Alemania. Los artículos sobre razas datan de 1926, no de la Constitución de 1941. Los actos contra colonos suizos en Boquete no fueron ordenados por Arnulfo, sino por Adolfo de la Guardia y el comandante de policía de Chiriquí. Pero hoy tenemos un tratado torrijista que permite la intervención militar de USA (ya ocurrió). Condicionantes al manejo soberano del Canal, que dependen del tratado y no de la ACP (que es eficiente). El centro bancario, las inversiones extranjeras, sin un mecanismo justo, que permita reinvertir en el desarrollo estable y permanente del país, son limitantes para nuestra soberanía y progreso.

Estos eran objetivos de Acción Comunal, hoy desestimados por el neoliberalismo salvaje globalizador, la OCDE, la falta de credibilidad gubernamental, la corrupción y una aparente inercia ciudadana y juvenil, defraudada y frustrada por la lamentable mercantilización de la política local. La Educación y la producción son las bases para el desarrollo social de Panamá. Debemos cuidar a nuestros inversionistas, a los banqueros y abogados, pero debemos ajustar las fórmulas para que inviertan sus ganancias aquí. Para el beneficio de sus clientes y los ciudadanos: la Seguridad Alimenticia, los costos reducidos de producción en la agricultura y bajos precios de la canasta básica son prioritarios. Hasta 1993 existió Control de Precios, digan lo que digan, fue el único mecanismo que mantuvo bajos los precios al consumidor. La regulación de los intermediarios, importadores mayoristas, transportista y distribuidores es un área en la que los actuales gobernantes tienen experiencia, entonces no se justifica la incapacidad.

Los gobernantes tienen varios problemas crónicos pendientes. Mientras no exista justicia para los corruptos e indemnización a las víctimas de la dictadura. Mientras permanezca la impunidad. Mientras existan gobernantes que fueron cómplices de la dictadura y se enriquecieron con sus negociados, no podrá haber un entendimiento ni armonía en la política partidaria local.

La Alianza inicial del gobierno se dio para evitar la reinstalación de los torrijistas y sus procedimientos dictatoriales. Pero el germen de ese vicio cívico permanece, por las pretensiones de los estratos de malos e incapaces empresarios de aumentar sus millones, utilizando los dineros del Estado y el tráfico de influencias para sus negocios. Los partidos economicistas siempre intentan mantenerse en el poder por las vías que sea. Ya antes otros intentaron la reelección con el rechazo de los electores. Ahora tampoco lo lograrán por más dinero que gasten en comprar indignos funcionarios y humildes convencionales. La lealtad y la dignidad no se compran, se ganan con credibilidad y solidaridad.

El panameñismo debe prevenir, corregir y mantener su imagen. Cuidar no solo su eficacia, transparencia y decencia, valorizando oportunamente sus votos y sus programas con energía y dignidad para que se cumplan los compromisos con la ciudadanía. Pero también debe protegerse contra la utilizan de los dineros estatales, para comprar convencionales, que es el próximo paso que preparan, como en Molirena. No se puede doblar página ni jalar cadenas, si antes no se hace justicia. Los delitos actuales, de pasados gobiernos y de la dictadura, deben castigarse para escarmiento de las futuras generaciones. El Tribunal Electoral tiene que erradicar la publicidad engañosa, la mercantilización de la política y elevar el nivel cultural cívico de la ciudadanía. Las Reformas Electorales no están resolviendo esta situación, porque los mismos partidos no están aceptando el perfeccionar las reglas para proteger la democracia. ‘Vencer no es convencer’, Unamuno. La real democracia exige auténtico cambio para darle a todos un Panamá Mejor.

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