• 07/10/2011 02:00

De tranques

BANQUERO Y EX DIPLOMÁTICO.. N uestro presidente anuncia que aumentarán los tranques en el 2012 en nuestra capital. Posteriormente el mi...

BANQUERO Y EX DIPLOMÁTICO.

N uestro presidente anuncia que aumentarán los tranques en el 2012 en nuestra capital. Posteriormente el ministro del MOP anuncia la creación de páginas web para advertir a los conductores la incidencia de tranques, una buena medida, pero hubiese sido interesante anunciar cuáles medidas piensa tomar, no solo para avisarnos dónde hay tranques, sino para reducir las futuras mayores incomodidades que ya alcanzan límites insoportables. Con la situación actual, una mayor incidencia puede provocar el fenómeno colectivo conocido como ‘rabia de carretera’, condición emocional que puede llevar a incidentes de violencia física entre conductores.

Presento algunas sugerencias de medidas que pueden ayudar a reducir las incidencias de tranques:

Prestar mayor atención por parte del gobierno a quejas reales de las comunidades, que se ven forzadas a tomar medidas de cierre como única manera de ser escuchados.

Cumplir fielmente la promesa de aumento a los jubilados y sacar a Eladio de la calle. Igual con el caso del envenenamiento y otros reclamos no atendidos por el gobierno.

Desarrollar un despliegue masivo de personal del ATTT bien adiestrado, para agilizar el tráfico vehicular en todo momento y que sean firmes en hacer cumplir las normas. Proveerlos de buen equipo y ropaje para protegerlos de las lluvias y hacerlos bien visibles en la noche.

Disminuir el ‘juegavivo’. Lo ideal sería eliminarlo, pero eso es un pensamiento utópico. Es la costumbre que más contribuye a provocar tranques. Los peores y más frecuentes ‘juegavivo’ son los taxis, de manera que una efectiva labor de las autoridades en disciplinarlos dará resultados positivos en reducción de tranques; su color facilita identificarlos.

Agilizar la desaparición de los ‘Diablos Rojos’ y corregir deficiencias en el nuevo sistema de Metrobús.

Regular el tráfico de camiones, ‘concreteras’, vehículos de reparto y otro equipo pesado en las carreteras y centros urbanos. Significa eliminar el desorden con que circulan estos vehículos en nuestras calles y carreteras. Es frecuente observar cómo obstruyen el tránsito y cómo contribuyen a provocar tranques. He vivido en ciudades donde se permite el tráfico de estos vehículos en las zonas urbanas, particularmente en los centros de mayor afluencia, solo en horarios especiales, precisamente para un mejor fluido vehicular. Además, en Europa se prohíbe el tráfico de camiones y equipo pesado en las carreteras después de mediodía de los sábados hasta el amanecer de los lunes.

Crear nuevos parques de estacionamiento, lo que permitirá mayor equidad en la aplicación de fuertes sanciones contra vehículos mal estacionados. Los conductores se ven forzados a estacionares donde puedan, debido a la carestía de áreas de estacionamientos públicos y privados. No es justo castigarlos ante la ausencia de áreas de estacionamiento y el apoderamiento de los espacios y aceras por los negocios.

Imitar la práctica de otros países de alternar la circulación diaria entre vehículos con placas pares e impares. Esta práctica bien regulada reduce el tráfico vehicular substancialmente.

Establecer una secuencia lógica de apertura y cierre de oficinas públicas, escuelas y negocios para reducir concentración de estas actividades causando las llamadas ‘horas pico’.

La mayoría de mis sugerencias no son innovadoras, pues las he visto funcionar en otros países. Podemos imitarlos. Estoy seguro de que mucho se puede lograr para reducir los niveles de frustración y estrés que causan los tranques, cuya situación, como lo anticipa el gobierno, será peor el año entrante. Solo se requiere una buena disposición de nuestras autoridades de hacer nuestras vidas menos incómodas. También requiere un mayor espíritu comunitario de parte nuestra.

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