• 17/10/2011 02:00

Medicamentos, entre precios y monopolios

Cuando se habla de conservar la SALUD, no pensamos en costos. La Salud no tiene manera de valorizarla o ponerle precio, no es un mueble ...

Cuando se habla de conservar la SALUD, no pensamos en costos. La Salud no tiene manera de valorizarla o ponerle precio, no es un mueble u objeto, es en muchos casos: vida o muerte. Algunas personas se aprovechan de esta verdad en todo el mundo y la población menos favorecida económicamente es la que paga por la avaricia, especialmente en los PRECIOS de los medicamentos seguros, eficaces y de calidad.

Hoy, cuando la Caja de Seguro Social está por adjudicar los 450 renglones de distintos productos medicamentosos para el consumo de los asegurados que los requieran, existe una lucha de intereses económicos locales e internacionales entre los MONOPOLIOS conocidos y los nuevos ofertantes de GENERICOS, que se presentaron en la licitación 01—2011 de fijación de precios únicos, para el año 2012, por más de 100 millones de dólares.

En lo personal como ASEGURADO, que tengo la necesidad y obligación de consumir una gran cantidad de medicamentos para poder seguir viviendo, estoy obligado a estar vigilante de que las nuevas adquisiciones de medicamentos que haga la C.S.S., sean las más seguras, de calidad y con la eficacia que necesitamos todos los seres humanos. Principalmente los pacientes con enfermedades crónicas; el PRECIO, es importante, pero no determinante, ya que la salud no debe tener PRECIO, pero no por ello debemos pretender mantener los MONOPOLIOS.

Sí hay garantía de seguridad, calidad y eficacia en los GENERICOS, ¿por qué no comprarlos? Acá juega un papel fundamental el Certificado de intercambiabilidad; es decir, que los medicamentos, se consideran terapéuticamente equivalentes al producto de referencia.

Existen Genéricos que han probado ampliamente lo anterior, claro, también, existen los que no cumplen lo precedente y he de allí la necesidad de un buen criterio, responsable, alejado de todo interés deshonesto y corrupto, al momento de elegirlos.

La Dirección de Farmacias y Drogas del Ministerio de Salud y el Instituto de Referencia de la Universidad de Panamá, son las instituciones responsables por asegurarnos a todos los panameños/as que no tenemos nada por qué temer, pues, ellos nos aseguran que los REGISTROS SANITARIOS otorgados cumplen los mayores estándares de fiscalización de cada fórmula cualitativa, cuantitativa y trazabilidad de cada origen de fabricación de los medicamentos ofertados en los actos públicos del sistema de salud público nacional.

El Gobierno Nacional no puede ser ajeno, desentenderse o mirar para otro lado en los resultados de adjudicación que haga la C.S.S. Hay dos aspectos fundamentales: El impacto de las compras, la capacidad de abastecimiento de los medicamentos en el sistema de salud público repercute en el sector comercial privado de los fármacos, que ante el desabastecimiento que se mantienen en el sector público aumenta los precios, especulativamente.

La población por el incremento de la demanda, al momento de adquirirlos en las farmacias privadas, por el libre mercado, que no fija precios y aprovecha esta debilidad gubernamental de garantizarle al 60% de la población medicamentos sin costo alguno.

El responsable de proteger a las instituciones de salud pública frente a la especulación en los precios que se ofertan a las instituciones de salud es la ACODECO, la Ley 1 del 10 de enero del 2001, sobre medicamentos, es clara y allí se dispone la responsabilidad que tiene esa institución ante el gobierno y población en materia de precios. Por medio de los mecanismo establecidos en la misma ley que los faculta a fiscalizar los precios de venta, recomendar posibles medidas al gobierno, monitorear los precios de referencia internacionales y garantizar que no exista especulación, monopolio y oligopolio en las venta de medicamentos en el país, que inciden directamente en la salud de nuestra gente.

INGENIERO.
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