• 24/10/2011 02:00

Los abusos de los ‘diablos amarillos’

PERIODISTA. Para muchos es llover sobre mojado. Para otros, hay que seguir, porque de tanto ir el cántaro al pozo... En fin, aquí segui...

PERIODISTA

Para muchos es llover sobre mojado. Para otros, hay que seguir, porque de tanto ir el cántaro al pozo... En fin, aquí seguimos con nuestra cantaleta hasta que nos comportemos como un país en donde se respeta el derecho de los demás. Me refiero a los abusos que siguen cometiendo los taxistas con el refrendo y complicidad de las autoridades del Tránsito.

Nuestros ciudadanos tienen que seguir soportando los abusos de un grupo que se considera por encima de la ley y que le importa un comino cumplir con las mismas obligaciones que a otros se les obliga. Y lo que más disgusta es que les acaban de aprobar un aumento al precio de la carrera y nada se dice sobre la mala práctica de atender a más de un cliente de manera simultánea.

Esta situación no se permite en ningún otro país, incluso en aquellos donde la gasolina está más cara y los dueños de esta clase de transporte, supuestamente ‘selectivo’, no recibe subsidios por parte del gobierno. Lo que sucede es que en esas otras naciones las autoridades cumplen con su papel de supervisores y no la de cómplices al cruzarse de brazos.

En países vecinos como Costa Rica y Colombia, los taxis llevan un letrero que los identifica como ‘servicio público’ y en cada uno de estos vehículos tiene que llevar en un lugar visible la demarcación de las tarifas y un documento que identifica con sus generales al conductor. Y no hablemos de otros países más avanzados.

Cuando conduzco mi auto me irrita observar cómo los taxistas le paran a todo el que extiende su mano para llamar su atención, pero de igual forma, a ninguno recogen. Entonces, ¿para qué están en la calle? ¿Por qué nunca ningún gobierno se ha atrevido a ponerlos en cintura? ¿Por qué nadie los ve cuando giran en ‘U’ en cualquier avenida y no respetan la luz roja de los semáforos?

Adicional, es una burla lo del aumento de las tarifas. Desde hace mucho tiempo las aumentaron de sus forros y ahora nos vienen con ‘el teatro’ de que los autorizan para aplicar este incremento. En la ciudad, como en otras partes del país, cuando un usuario no sale de una misma zona, la tarifa debía ser de 0.75 centésimos. Pero, ¿cuándo aquí se ha pagado menos de un balboa?

Una especie de circo que lamentablemente todos sabemos quiénes hacen el papel de payasos, y conste que no me refiero a los conductores, porque ellos tienen otro papel, el de abusivos e irrespetuosos con la gente que les brinda la oportunidad de ganar un dinero para que puedan mantener a sus familias.

Quiera Dios que así como el presidente Ricardo Martinelli se atrevió a enfrentar el grave problema de los ‘diablos rojos’, igual vendrá otro que ponga en cintura a estos ‘diablitos amarillos’. Ya es una cuestión que merece el etiquetado de ‘urgente’. Sobran los casos de personas que son asaltadas por maleantes que están en combinación con algunos de estos conductores.

Por supuesto que no todos son abusivos. Hay algunos, desafortunadamente la excepción, que cumplen con los patrones que están enmarcados en la decencia y el buen servicio que por ley tienen que brindar a los usuarios. Reconozco que este es un ‘cuento’ que no es nuevo. Se les dio un machete para que pudieran vivir con decoro, pero a contrapelo no ha habido reciprocidad con los que tenemos que enfrentar a diario este mal.

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