• 23/07/2012 02:00

Redes sociales y la lucha infinita

Por disciplina regreso al tema de la comunicación de vez en cuando. Igual hacen otros expertos en temas sobre el ambiente, salud pública...

Por disciplina regreso al tema de la comunicación de vez en cuando. Igual hacen otros expertos en temas sobre el ambiente, salud pública, temas marítimos, sexualidad, literatura, etc. Yo ofrezco mis opiniones sobre la comunicación, porque le dedico la mayoría de mi tiempo de investigación a este tema y creo contar con una base teórica más sólida para opinar. Muchos ‘expertos’ comentan sobre la comunicación basados en meras percepciones y, más recientemente, en lo que está de moda. Yo enmarco mis observaciones fundamentado en mediciones sociales concretas y por organismos de marcada reputación a nivel internacional. Me es importante entonces ofrecer guías que puedan servirles y para educar sobre un tema que involucra a todos: la Comunicación (que es, a como dé lugar, la actividad universal practicada por todos para poder avanzar la vida).

Como saben, estamos viviendo un periodo de transición con la incursión de los nuevos medios en los procesos de comunicación, particularmente la utilización de tecnología y por otro lado las llamadas redes sociales. Leyeron bien, transición. Hace unos meses escribí el articulo ‘El mundo monosilábico’, en donde señalaba que: ‘El segmento más interesante para muchos de los usureros y mercaderes modernos, particularmente para el consumo de los nuevos sistemas tecnológicos de comunicación, es el que registra entre las edades de 10 a 50 años, específicamente en las áreas urbanas. Esas herramientas tecnológicas claramente están influenciando con severidad el proceso comunicativo de esa comunidad, particularmente los más jóvenes...’.

Es de mucha intriga para mí escuchar a algunas personas, muy bien educadas por cierto, afirmar que la avenencia e incursión de las redes sociales están por cambiar el mundo. Se han aferrado a esa idea. La red social Twitter parece haberlos convencido de que los 140 caracteres que reciben y emiten algunos de ellos, varias veces al día, tiene la fuerza suficiente para reordenar decididamente el contexto social y cultural. Yo no lo veo de esa manera y no soy el único.

En los últimos 16 meses he tratado y sustentado con números y mediciones el hecho de que no todo el mundo está siendo conducido por esta vía. Será en los países desarrollados en algunos aspectos y, en los de mediano desarrollo de alguna manera. Pero el resto del mundo, en materia de comunicación, está en desventaja y los países subdesarrollados y los más pobres, tiene el reto de procurar comida, seguridad y oportunidades básicas para preservar la salud, todos los días, como para estar preocupándose por lo que salió en Twitter o en Facebook. La inequidad puede ser para provecho algunas veces.

El portal www.techtalkafrica.com resume la información estadística de varias fuentes que miden la actividad de las redes sociales. Estas mediciones encontraron que: El tuitero activo promedio tiene 126 seguidores; 25% de los tuiteros no tienen seguidores; más del 40% de los usuarios de Twitter no tuitean nada; un 0.05% de la población total de Twitter atrae casi el 50% de atención en ese medio; 71% de los millones de tuits diarios no atraen reacción; los tuiteros envían más de mil millones de tuits cada 72 horas y; 45% de las comunicaciones masivas publicadas en Twitter son tonterías.

La supuesta intención de ser creativos mediante la utilización de 140 caracteres para expresar ideas por medio de Twitter ha ido afectando otros aspectos socioculturales. En ‘El mundo monosilábico’ señale que: ‘El idioma, el empeño por siglos y siglos de la especie por diseñar y procurar códigos comprensibles y compartidos que faciliten la comunicación entre todos en el camino a perfeccionar nuestro espacio y edificar nuestro tiempo en el universo, se ve amenazado desordenadamente y sin elementos lógicos de sustitución. La palabra, está siendo asaltada sin misericordia, sin piedad ni indulgencia. El nivel cultural por el dominio del alfabeto (dominio artístico e imaginativo en la presentación vivencial e inteligente de imágenes y escenas del ser, del antes y del ahora) no es una preocupación persistente de esta generación’. Agrego: más vale la necesidad narcisista de ser ‘cool’ o ‘pritty’, como dicen en el argot popular.

El análisis también deja claro que estas redes sociales tienen mayor utilidad para la venta y consumo de servicios y mercancías. Para el mercadeo en general. Para los artistas, jugadores profesionales de algún deporte, gente de la farándula y ante todo en el mundo internacional, la relación individuo/seguidores es de vital importancia.

Las mediciones y estudios no muestran evidencias concretas sobre su utilización y utilidad para avanzar causas sociales a favor de las grandes mayorías desprotegidas y, vuelvo y repito, para cambiar el proceso comunicativo de una manera global. Los casos en relación a los levantamientos político sociales en los últimos 24 meses, particularmente en el Medio Oriente, son excepciones que bajo estudio más a profundidad no necesariamente lograron el cometido de mejorar las condiciones sociales de una manera absoluta.

La lucha infinita por la supervivencia es sólo una de la mayoría de la población mundial: existe desde el inicio de los tiempos. El segmento que produce riquezas y crea tecnología tiene la obligación de ser solidaria con la especie y, en consecuencia, todo avance científico y tecnológico debería ser empleado para beneficio de los que más lo necesiten. Un esfuerzo de esa envergadura requiere de procesos de comunicación que conecten a los grandes centros de producción de riquezas e insumos con los que deben ser atendidos.

COMUNICADOR SOCIAL.

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