• 28/07/2012 02:00

Pro Panamá beneficio

El mundo transita por los caminos de la globalización, dejando las grandes ganancias monetarias en las arcas de las corporaciones intern...

El mundo transita por los caminos de la globalización, dejando las grandes ganancias monetarias en las arcas de las corporaciones internacionales que manejan los mercados, la competitividad, el crédito, los países y la banca transnacional. En esa dirección se dan indicaciones o presiones para dirigir o manipular las estrategias económicas de los países, haciéndolas dependientes a los objetivos del capitalismo salvaje, aunque venga cubierto de programas de desarrollos de inversión que no son sino metamorfosis del ancestral colonialismo.

Hoy, los grandes consorcios han hecho crisis en los centros industrializados por acumulaciones de fondos, de exceso de petrodólares árabes, que provocaron abuso del crédito hipotecario y las deudas impagables. Esto ha derivado a invertir en nuevas áreas necesitadas de inversión y fáciles de seducir por sus potenciales futuros y sus autoridades ingenuas y ávidas de jugosas comisiones.

Algunos países en Sud América han tomado especiales cuidados con esas inversiones tránsfugas y la venta de valiosos recursos y tierras. Panamá ha sido beneficiada y es víctima de estas modalidades. Grandes inversiones se han importado y la banca depredadora nos ha prestado todo lo que el país aguante, comprometiendo nuestro presente y el futuro con formatos misteriosos: llaves en mano, deuda canalera, posibilidades de vender las empresas oficiales, venta de tierras estatales, contratos sobrevalorados, fondos financieros de reserva nacional y otras hierbas silvestres.

Esto nos ha dado la figura de gran progreso y camino al primer mundo con estructuras majestuosas. Pero el verdadero desarrollo intrínseco nacional no se está dando. La educación ha sido calificada de altamente insuficiente, nuestra seguridad alimenticia peor, no hay infraestructuras ni investigación. La cultura popular se ha desestimado (no al ministerio). Las instituciones especialmente a justicia están en crisis. La corrupción ataca la seguridad jurídica. Toda la esfera política está desprestigiada y con ella la economía. Los parámetros y modelos con que se maneja el país nos hacen objeto de minusvalía y falta de respeto por nuestros depredadores. Esa pueril ansia de enriquecimiento llegando a la avaricia nos hace presa de negociados y piratescas explotaciones. Sí, están muy bien el turismo y las calles, pero los casino, las drogas, las minas, las concesiones, el transfugismo político, la corrupción son la herencia de la dictadura. La delincuencia de maleantes, de mafiosos, de banqueros y otros especímenes nos concretan en el ‘pro mundi beneficio’.

Los peajes del Canal, un asunto muy especializado del que existe en la ACP un departamento bien documentado e informado, fija pautas generales sobre esta materia, tomando en cuenta la competencia del mercado de rutas. Pero, basado en los tratados del Canal que firmó Torrijos, hay asesorías y consultas que influyen sobre los criterios y decisiones. Recientemente se anunció un alza de peajes y luego de la audiencia se postergó. En las empresas privadas los dueños fijan sus precios sin consultar a sus clientes. Los precios de la competencia son valorados, pero los dueños ponen las reglas del juego. Aun hay carteles, como OPEP, donde hay acuerdos conjuntos sobre los precios internacionales. Con los canales y rutas las variantes son más complejas. En Suez hay capital británico, en la vía terrestre hay intereses de USA, en las otras rutas marítimas están las navieras, lo cual hace muy distintos los intereses. En todo caso, los panameños somos los dueños del Canal, a pesar del ‘protectorado’ en que nos dejaron los Tratados de Neutralidad de Torrijos. El concepto tiene que ser ‘pro mundi servicio’, ‘pro Panamá beneficio’.

Entonces, con toda la valiosa información del Departamento de Mercadeo de la ACP siempre el criterio debe ser aumentar los peajes al máximo posible, aunque se estile el más armonioso trato diplomático con nuestros clientes.

Por otra parte, los pilotos panameños del Canal han expresado posiciones de protección nacional en diferentes aspectos, que parece que no se les ha valorizado en su justa dimensión. En el extranjero piensan que aquí vivimos del Canal. Estrictamente eso no es cierto, aunque definitivamente nos ayuda muchísimo. Con las grandes necesidades del país, con el desarrollo que pretendemos impulsar, con los grandes déficits sociales en nutrición, educación y justicia, antes de incrementar impuestos, vender patrimonios y tierras, debemos mirar al Canal y determinar las ganancias máximas que este nos pueda dar. Los multimodales, el comercio, los puertos, el tránsito y todas las ventajas que nos da la posición. geográfica tienen que ser utilizadas. Así como los peajes al Canal, al hacernos partícipes del gran negocio del comercio y transporte mundial.

En las inversiones y en el Canal debe primar el más sólido pensamiento de panameñidad de ‘pro Panamá beneficio’, esa concepción nacionalista que existe desde 1903, que con Porras y Arnulfo tomó realidad; y que el pueblo la ha hecho una lucha histórica nacional, tenemos que ejercerla, defenderla mundialmente y revivirla cada día en cada ciudadano (a), especialmente en la juventud y en los funcionarios políticos que tienen que embarrarse de la sangre del 9 de Enero del 64, para ir luchar por lo nuestro sin tranzar ante las amenazas, las coimas, las presiones económicas y diplomáticas.

Por un Panamá mejor. Cuente en balboas.

MÉDICO Y EXMINISTRO DE ESTADO.

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