• 04/10/2012 02:00

Pondremos en suelo firme la política de salud

La narrativa legendaria clásica cuenta que el gigante Anteo obtenía su fuerza del contacto permanente con su Madre-Tierra que le transmi...

La narrativa legendaria clásica cuenta que el gigante Anteo obtenía su fuerza del contacto permanente con su Madre-Tierra que le transmitía su fuerza. A Hércules, que debía derrotar al temido gigante, le bastó con levantarlo entre sus fuertes brazos y lograr que sus pies no tocaran la Tierra; de tal manera lo hizo débil y logró aniquilarlo.

Hoy, se plantean proyectos faraónicos de Salud sin esbozar las necesidades programáticas que le den sustento, sin apoyo en las necesidades del país, sentimos que si alguna necesidad es esgrimida en apoyo de esas ideas —cuasi fantásticas— solo serían las correctivas que están al final de un esfuerzo serio de salud. No son las que comentamos las que deben acompañar prioritariamente a la población para que, con buena salud, acompañe al esfuerzo productivo nacional. Entiéndase que cuando decimos ‘prioritariamente’ no desechamos el desarrollo sucesivo de hospitales de tercer y cuarto nivel, sino que poniendo los bueyes delante de la carreta señalamos, aunque suene redundante, que lo primero es lo primero sin discusión.

Los proyectos que se conciban para dar satisfacción a la demanda complicada que requiere de niveles sucesivos de mayor especialización, deben acatar el principio de territorialización de la oferta sanitaria.

Esto, que suena a verdad de Perogrullo, hay que repetirlo machaconamente, porque pareciera desatenderse deliberadamente, pero tiene sus causas...

En rigor de verdad, en un Estado que posterga el esfuerzo productivo real de bienes y se transforma en hogar de banqueros y mercachifles, arruinando la productividad agroindustrial nacional, no hay lugar para la producción de salud sino para su reparación, siempre que pueda constituirse en una mercancía más en las transferencias rutinarias de un mercado que no crea sus propios bienes.

La mejor política sanitaria de producción de Salud, se hace a extramuros de los hospitales. Expongamos las políticas necesarias y los servicios correspondientes:

Política de Educación: Con base en una correcta educación general se implantan la educación para el autocuidado y la seguridad; la educación para la alimentación y nutrición.

Política Alimentaria: Implica acceso a la alimentación y educación para la producción autosostenible.

Políticas Organizativas Sociales: Para la participación; la vacunación como derecho; la recreación sana reclamada como necesidad; la demanda de provisión de servicios básicos disponibles y accesibles, reclamados como derecho y necesidad estratégica para la producción; el reclamo del seguimiento de los grupos de riesgo en sus lugares naturales de inserción social.

El recién nacido junto a la madre.

El niño junto a su familia.

El escolar en su centro formativo.

El preadolescente en su centro formativo y recreativo.

El joven en sus organizaciones de interés.

El trabajador en su centro fabril.

El adulto mayor en instituciones sociales concebidas por tipo de riesgo especial.

Lo anterior no opera en desmedro de las construcciones que se hagan en apoyo del abanico de servicios así concebidos, pero sí condiciona su utilidad, su proyección de servicios y su disponibilidad geográfica. Lo demás debe concebirse en correlación sucesiva de importancia correspondiente a la magnitud poblacional que es responsabilidad de los distintos niveles de complejidad. Cuando una patología demande excesivos recursos debe resolverse en institutos de cuarto nivel, de concentración de referencias y no abarrotando los hospitales generales.

Hablemos de los ejecutantes del trabajo: ¿Cómo puede el Estado afincar al personal en las áreas demandantes sin cambiar el escalonamiento concebido. Simplemente haciendo que el año cumplido en las áreas precisadas sea el equivalente de año y fracción, para que el tránsito hacia el final del escalafón premie el cumplimiento de las tareas en donde el Estado las demande. ¡Bueno, pero se trata de otro Estado, otro gobierno y otra gente, ese es el reto!

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