• 11/12/2012 01:00

Negligencia o la fuerza de la naturaleza

P ensé oportuno compartir esta reflexión y luego de unas semanas de haberse presentado las inundaciones en La Chorrera y Colón, que fina...

P ensé oportuno compartir esta reflexión y luego de unas semanas de haberse presentado las inundaciones en La Chorrera y Colón, que finalizaron con la muerte de dos verdaderos y grandes rescatistas certificados de la Cruz Roja Panameña y de humildes panameños, que perdieron la vida, viviendas, enseres, entre otros y lo poco o mucho que pudieron salvar algunos.

En este sentido, me pregunto, ¿estamos preparados ante los desastres?, ¿qué sucedió con las Instituciones encargadas de las emergencias?, ¿se dieron las alertas que en el pasado nos cansábamos de recibir en los celulares y que hoy no se dan?, ¿fallaron los sistemas de alerta temprana (SAT), que dicen que tenemos?; ¿o es que la pobre naturaleza, a la cual le echamos la culpa de todo, por nuestras acciones, nos está pasando la factura?

Son muchas interrogantes que posiblemente quedarán sin respuesta, aunque la respuesta está en la pregunta; en este caso se han perdido vidas humanas, múltiples pérdidas económicas, viviendas destruidas por consiguiente familias que han quedado sin hogares, caminos devastados y, sobre todo, la confianza en nuestras instituciones se ha puesto en entredicho.

¿Los panameños hemos aprendido la lección? o es que tenemos que esperar el gran desastre que acabe con nuestro Panamá, un país con un nivel de crecimiento económico inigualable en los últimos ‘40 años’ y que hoy nos peleamos si hay plata o no para atender esta emergencia, porque esto solo fue una emergencia local no nacional; ya que no superó la capacidad de respuesta de las autoridades y ni del país, porque la hemos afrontado y dado de alguna forma respuesta a las comunidades afectadas, por ende, claro que hay dinero para tratar de recuperar lo poco o lo mucho que se perdió en esta inundación.

Lo importante es hacer una acto de constricción y un ‘mea culpa’, si cabe el derecho, para tomar las decisiones y acciones que sean necesarias; primero, revisar en qué estamos fallando como panameños, qué hace falta por mejorar y qué debemos hacer a corto y mediano plazo en la reducción del riesgo de desastre de nuestro país.

Por ello, es importante reforzar la capacitación de las comunidades vulnerables en materia de gestión de riesgos, mejorar y optimizar los verdaderos sistemas de alerta temprana (SAT) con tecnología de punta y no llamar SAT a radios de comunicación en comunidades en la cuenca baja; no obstante dejar el ‘cliché de la prevención’ y ponerse a trabajar en la verdadera prevención, para que la próxima inundación no nos agarre desprevenidos.

Pero, ¿qué les decimos a los familiares de Fernando Johnson y de Jorge Alemán, al cual conocí, que sus muertes fueron por ¡negligencia o por la fuerza de la naturaleza!? Paz a sus almas y a las de todos los que han perdido la vida en emergencias y desastres.

CONSULTOR EN GESTIÓN DE RIESGOS Y DESARROLLO SOSTENIBLE.

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