• 09/01/2013 01:00

El Facebook, un arma de doble filo

Pese a que en el mismo internet expertos del mundo cibernético advierten que Facebook, el novedoso medio de comunicación es arma de dobl...

Pese a que en el mismo internet expertos del mundo cibernético advierten que Facebook, el novedoso medio de comunicación es arma de doble filo, con muchas virtudes pero no menos defectos cuando se utiliza con propósitos malsanos, mucha gente ventila, a través del mismo, toda suerte de situaciones personales sin medir las consecuencias ni el alcance de las mismas.

Al igual que ocurre con la ley, la ignorancia de lo que representa no exime de culpa a quienes han alcanzado la edad adulta y son responsables de sus actos.

Vienen al caso estos comentarios porque ya, por los medios televisivos, se han reportado crímenes en países hermanos inmersos en la vorágine de la violencia, que se han cimentado justamente porque a través del Facebook las víctimas han puesto en conocimiento de sus verdugos las intimidades de su condición personal.

Un ejemplo notorio es el de casos de secuestro, violación y tortura de gente adinerada que, en pueril alarde de vanidad, han dado pelos y señales de su afortunada situación, lo que ha permitido a sus captores toda la información que facilitó la acción delicitiva de la cual fueron víctimas.

En otros casos la inserción de fotos en momentos de disfrute de ratos de placer en horas laborables, ha desenmascarado a trabajadores que han mentido a sus superiores jerárquicos asegurándoles padecer quebrantos de salud, para luego propalar por las redes sociales el desliz cometido sin reparar que la estupidez de divulgarlo termina siendo causal de despido.

Apenas son dos ejemplos de la fatalidad de caer en la trampa de rebasar los límites de la discreción.

Así las cosas, se encuentra uno con cada detalle frívolo, con manifestaciones groseramente irresponsables, que transmiten usuarios de las redes a través del Facebook que sólo interesan a quienes son sus protagonistas.

No faltan incluso alusiones a temas de índole estrictamente familiar que revelan la inmadurez o insanía mental de aquellos que se amargan o frustran por caprichos insatisfechos.

Ante la realidad de lo que representa Facebook, exteriorizo mis reservas sobre el uso del mismo.

Agradezco la oportunidad de establecer nuevas amistades o de reencontrar la estimación de prójimos entrañables de dentro y fuera del país.

He tenido la prudencia de compartir la desconfianza que inspira un medio que no puede utilizarse para dar rienda suelta a la emoción de su uso ilimitado. Siento la obligación de transmitir, a propios y extraños, la advertencia de mantener el escudo protector de nuestra privacidad y no facilitar información que, en mentalidades perversas, se traduzcan en fórmula para ocasionar daños y perjuicios.

*EL AUTOR ES PERIODISTA.

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