• 06/02/2013 01:00

Espíritu carnavalesco invade al gobierno

Los próximos siete días se revisten de un significado especial en la idiosincrasia, cultura y costumbres de los panameños. Son días dist...

Los próximos siete días se revisten de un significado especial en la idiosincrasia, cultura y costumbres de los panameños. Son días distintos a todos los demás, tanto que se asegura que lo único que tomamos en serio una vez al año es el jolgorio, la música, el agua y el desorden del Carnaval. Cisternas y culecos de día, desfiles y reinas de tardes, bailes o espectáculos con artistas de noche: el denominador común es que se ponen a buen recaudo y se olvidan los problemas cotidianos que nos afligen. Los siguientes días marcarán el éxodo de personas al interior del país y la ciudad capital quedará libre de los fastidiosos tranques vehiculares durante esos días.

Y este año el abreboca especial es el importante partido que disputará esta noche la Marea Roja en su camino hacia el Mundial de Brasil, partido que concentrará la atención de todo un país que desborda entusiasmo.

Distraídos como estaremos a partir de esta fecha, nos olvidaremos de partidos políticos, de candidatos, de negociaciones y de muchas acciones cuestionables que el gobierno ha tomado o podría tomar mientras saltamos y brincamos al son de las murgas. Esa parece ser la estrategia oficial.

Una de esas acciones ha sido el nombramiento de tres nuevos miembros en la Junta Directiva de la Administración del Canal de Panamá, dos de los cuales han sido especialmente cuestionados por quienes tienen sobradas razones de peso para dudar del juicio demostrado. Muchos nos preguntamos si dos de estas designaciones, y la manera sorpresiva como fueron hechas, en efecto deshonran la memoria de los patriotas que murieron el 9 de Enero de 1964 y burlan el esfuerzo de generaciones enteras, que desde 1903 trabajaron por lograr nuestra verdadera independencia con el recobro de nuestra jurisdicción sobre la extinta Zona del Canal.

¿Para esto fue tanto sacrificio? Pienso que ese esfuerzo ha sido menospreciado, porque no se valora el patriotismo y dedicación de tantos hombres y mujeres insignes que ayer le dieron lustre a la Patria librando esta lucha. Por mencionar sólo algunos: ¿Qué pensaría Roberto Chiari? ¿Qué opinaría Ricardo J. Alfaro? ¿Harmodio Arias? Pretender encomendar la administración de nuestro más preciado bien, logrado después de luchas generacionales, a personas de desconocida trayectoria y aparentemente huérfanas de conocimientos en una materia tan seria resulta una irreverencia que le falta el respeto a la historia y al pueblo panameño.

Ni siquiera se intentó explicar los criterios utilizados en la escogencia de dos de ellos; se escogieron porque sí, porque se tiene el poder para hacerlo y eso basta. Es curioso que el mismo presidente que en varias ocasiones ha criticado el excesivo poder de la Presidencia y ha sugerido restringirlo, no haya intentado autolimitarse, pudiendo haber consultado ampliamente antes de sacar de la manga estos nombramientos. Total, la ACP participa del relajo del Carnaval y una vez pasado el jolgorio lo aceptaremos.

El reingreso al Parlacen y la reinstalación de la revocatoria del mandato decretados por la Asamblea en vísperas del Carnaval permitirá a esos diputados volver a Guatemala sonrojados por nuestra metida de pata en el campo internacional, pero con los bolsillos repletos de salarios caídos, mientras que en Panamá las dirigencias de los partidos políticos podrán revocar el mandato, inclusive a los alcaldes electos en el 2014, si les viene en ganas.

Todo eso, y muchas otras cosas, se olvidarán en la algarabía del Carnaval. Pero al menos recordaremos que la Policía Nacional y el SINAPROC se alistan para cuidar las vidas de los jolgoriosos en las carreteras y en el mar y ríos.

EXDIPUTADA DE LA REPÚBLICA.

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