• 10/03/2013 01:00

El liderazgo navarrista

Una visión de país renovado acorde a los retos futuros que enfrentará Panamá, que recobre la importancia del agro y del productor, que v...

Una visión de país renovado acorde a los retos futuros que enfrentará Panamá, que recobre la importancia del agro y del productor, que valore la potencialidades de la educación (una educación de primer mundo); que reconoce que el panameño merece una vida digna y que esta no es posible con los niveles exorbitantes de los precios y de los bajos salarios. Centrar la visión de gobiernos en estos conceptos, como lo viene haciendo el precandidato Juan Carlos Navarro, resultan acertados sobre todo por los niveles de deterioro que enfrenta la familia panameña la que, aún del crecimiento económico, no participa de una distribución equitativa de las riquezas que se generan en el país.

Existen razones suficientes para postular un nuevo liderazgo que rescate al país de la desidia y del aprovechamiento ilegítimo de los recursos de la nación. Esto sin contar que en el actual periodo presidencial las instituciones se han visto seriamente afectadas ante los desatino del político que se autoproclama desquiciado, que alardean la irresponsabilidad y se define como feo para causar risas. Frente a este desorden de gobierno y de personalidad, hay, entonces, que ubicar la esperanza cierta, sino la necesidad, de un liderazgo que enrumbe a la nación por el sendero de la institucionalidad. Que retome el camino correcto para un país con virtudes desaprovechadas, o aprovechadas a beneficios de intereses mezquinos.

Es claro que por encima de las personas están los colectivos, es decir, los partidos políticos, que deben garantizar y promover el bienestar social en sus proyectos de gobierno. Esto engendra racionalidad —no locura, a las acciones que sustentan la administración estatal. Juan Carlos Navarro es portador de esa doble condición: gestión personal y liderazgo colectivo (PRD). Tales condiciones le son favorables, como lo evidencian las encuestas, en un contexto difícil, sino complicado para el manejo futuro de la administración del Estado panameño, sobre todo por el desbarajustes provocado el gobierno del cambio.

La política de gobierno, en el contexto de 2014-20019, debe enrumbarse dentro de las exigencia del mundo de hoy. Habrá situaciones difíciles, pero superable si se trabaja con el imperio de la ley y la transparencia que el momento exige. Hay que cerrar los espacios a todo aquello que perturba el progreso social, y abrir las puertas a las cosas que favorecerán ese progreso. Hoy vivimos, entre otros factores de alta incidencia, bajo el predominio de una economía del conocimiento donde el desarrollo guarda correspondencia con lo que nuestros países hagan, o dejen de hacer, en ese mercado del conocimiento influenciado por la ciencias y las tecnologías. De ahí el planteamiento de una educación de primer mundo, como lo concibe Navarro.

Sabemos que estos avances y retos son entendidos por el aspirante del partido de OMAR, y por el colectivo que representa, como medulares para que los profesionales, los académicos de las universidades, se incorporen como entes importantes para el fortalecimiento de las bases del desarrollo nacional. Que no es posible construir el verdadero país, si persisten las desigualdades tan marcadas que son, entre otras cosas, las bases de la injusticia y del clientelismo político. En tal sentido válida es la propuesta electoral incluyente, con mirada a todo el conjunto social, consciente de que así se construirán las bases solidas para engrandecer al país. Un país de todos y para todos.

*DIPUTADO DEL PARLACEN.

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