• 14/08/2013 02:00

Casi un siglo de Canal

Aún ardían las pasiones vinculadas a las gestas separatistas y a la configuración de un nuevo Estado, cuando sus autoridades completaban...

Aún ardían las pasiones vinculadas a las gestas separatistas y a la configuración de un nuevo Estado, cuando sus autoridades completaban el texto para un nuevo tratado que habría de regir los destinos de una obra titánica, millonaria y que cambiaría el destino de la minúscula nación y sus relaciones con el resto del mundo.

Era noviembre de 1903 y en los territorios rurales, los grupos de mayor capacidad de iniciativa promovían gritos de emancipación y entusiasmaban a la población para encarar la posibilidad de ser independientes. Entre las capitales Panamá y Washington, un fragor diplomático se esforzaba en dar los últimos toques al acuerdo que traspasaba al nuevo país la opción política de convertirse en escenario de la construcción del Canal.

Once años después, en agosto, culminaban los trabajos, luego de una gigantesca tarea que había reunido obreros de muchos confines del planeta, sobre todo del archipiélago antillano, de donde vinieron a dominar las lenguas incesantes del barro, la agresividad de la selva y la nube de mosquitos que en ocasiones ensombrecían la cálida atmósfera del estrecho entre las playas caribeñas y las costas del Pacífico.

Estas dos primeras décadas del siglo XX dieron un acento y un espíritu al país. La construcción del Canal forjó todo tipo de leyendas, mitos y cimentó la cultura de una nación surgida de un colonialismo racista, donde el mercantilismo también incluyó a seres humanos y forjó diferencias estructurales que marcaron incluso la fisonomía de la urbe, ‘los de adentro (intramuros) y el arrabal (extramuros)’.

La construcción del Canal y el enclave surgido con posterioridad cambiaron al gunos factores de la vida socioeconómica y cultural, sobre todo en la ciudad capital; aunque desde el punto de vista laboral, estimuló las diferencias a través de dos formatos de puestos, distintas formas de tratamiento para los empleados según nacionalidad y color de la piel, el ‘gold roll’ y el ‘silver roll’.

La gestión canalera ha brindado cuatro etapas que han avanzado paralelamente a la historia del país y que han establecido diferentes periodos. La fase de construcción y llegada a Panamá de las migraciones obreras. Luego el establecimiento del enclave y las luchas nacionalistas.

Con posterioridad el nuevo tratado y el cese de la administración estadounidense, que se caracterizó por el desmantelamiento civil de infraestructuras y el abandono de la maquinaria militar y finalmente, el siglo XXI, luego de la reversión, marcado por la consolidación nacional y el inicio de la ampliación.

Durante estos cien años, la sociedad nacional adquirió sus sellos de identificación y se alcanzó las condiciones actuales. La ruta transístmica no fue siempre un espacio de tranquilidad o armonía en las relaciones entre Estados Unidos y Panamá; por el contrario, la diplomacia estuvo definida por la realidad, la visión y las perspectivas que ambos socios tuvieron sobre el destino de este cruce interoceánico.

Sin embargo, no fue el fragor de las armas, sino una presión popular en determinadas coyunturas y el ingenio de las estrategias de ciudadanos y funcionarios panameños, que pudo alcanzar éxitos en el concierto internacional para que se recuperara esa pieza del patrimonio necesaria para completar el rompecabezas nacionalista.

Se conmemora en esta fecha el primer tránsito por las aguas que surcan el territorio y que une ambos mares. Son casi cien años y es también prácticamente un siglo en que la historia de esta pequeña nación se transformó para integrar un engranaje que parecía hecho a la imagen y semejanza del desarrollo de la primera potencia económica mundial y que ahora se convierte en el proyecto que apalanca nuestro crecimiento.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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