• 25/09/2013 02:00

El nuevo camino entre Occidente y Oriente

Hoy, 25 de septiembre de 2013, se cumplen cinco siglos de un hecho que, si bien en su origen fue sencillo pero solemne en su significado...

Hoy, 25 de septiembre de 2013, se cumplen cinco siglos de un hecho que, si bien en su origen fue sencillo pero solemne en su significado, resultó trascendental para el desarrollo de la humanidad en sus aspectos políticos, económicos y sociales.

Un soldado español ascendió a la parte más alta de una colina desde donde avistó un nuevo mar, desconocido para ellos y para el resto del mundo occidental. Vasco Núñez de Balboa, que así se llamaba el conquistador extremeño, descendió lentamente con sus sesenta y siete compañeros de expedición, con los que llegó hasta el golfo de San Miguel, al que nombró de esta manera para honrar al santo cuya fiesta se celebra el día 29 de septiembre. El notario anotó todos los nombres y lugares de procedencia, en los cuales la Asociación Española de Alcaldes del Quinto Centenario está rindiéndole homenaje a cada uno de ellos con bustos, estatuas y placas recordatorias.

Balboa recordaba en su memoria las palabras de Panquiaco, hijo del cacique Careta, quien le había expresado al conquistador que si navegaba hacia el sur, encontraría una civilización avanzada en la que había oro y plata en abundancia. Desde entonces, Vasco Núñez no dejó de soñar con la exploración del Mar del Sur que lo llevaría a los dominios de los incas. Logró transportar por tierra con toda clase de penalidades y sufrimientos, varios bergantines, con los cuales navegó por el Archipiélago de Las Perlas y las costas del Darién. Quiso organizar la expedición hacia las tierras de Atahualpa, pero mientras estaba en esas tareas, Pedrarias lo mandó a llamar para sostener pláticas relativas al viaje del extremeño. Balboa, nada precavido, confió en la palabra del gobernador Pedrarias, quien al recibirlo en Acla ordenó que se le levantase un juicio sumarísimo de dudosa legalidad, cuyo resultado concluyó con la muerte de Balboa por decapitación el 19 de enero de 1519.

Como suele ocurrir con algunos hechos históricos importantes, las consecuencias del avistamiento producido hace hoy quinientos años, no eran entonces previsibles. La utilización del Mar del Sur permitió la conquista y colonización de inmensos territorios que hoy son los Estados de Perú y Chile. En los tres siglos de permanencia española en América, se abrieron entre este hemisferio y el Oriente, nuevas e importantes rutas que nos han entrelazado con países como China, Taiwán, Japón y Filipinas.

En la actualidad, gran parte del éxito del Canal de Panamá y desde luego la ampliación que se está llevando a cabo, obedecen al numeroso tránsito de barcos que recorren el Mar del Sur de Balboa, hoy más conocido como Océano Pacífico, en dirección a la costa este de Estados Unidos, a países de América con puertos en el Atlántico y al continente europeo. Esa globalización, que ha colocado estas rutas entre las más importantes del mundo, nació hace hoy cinco siglos, gracias a un puñado de españoles provistos de arrojo, valentía, curiosidad y asombro. Es cierto que trajeron la espada de acero y la pólvora como elementos de una conquista que fue cruenta y dolorosa, pero la colonización se hizo con escuelas y universidades que nos trajeron una cultura de la cual nos sentimos orgullosos. Contamos además con un idioma que no solo es hermoso sino útil, pues, además de los países iberoamericanos, la difusión del conocimiento de la lengua española es universal.

EX PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y ACADÉMICO NUMERARIO DE LA ACADEMIA PANAMEÑA DE LA LENGUA.

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