El ático

TIEMPO DE BALANCES... Como todos los años, estas son las fechas en que inician los balances de lo que han sido los últimos doce meses. Este año se caracteriza por una real y permanente mirada —¡con lupa!— sobre el quehacer del Gobierno Nacional. Difícil no hacerlo, cuando el ajetreo del mismo gobierno a lo interno y externo ha sido tal, que casi no nos da tiempo de mirar hacia otros sectores, ni siquiera hacia nuestro fuero interno. Debemos reconocer que las obras, megaobras —a estas horas muchas a medias— son necesarias, y faltan más. Se necesitaban mejoras en el sistema de transporte, no solo en la capital, en todo el país; se necesitaban más y mejores vías, igual, en todo el país; se necesitan hospitales modernos y equipados, con su personal idóneo; se necesitan reformas en Salud, Educación, Agro, etcétera. Lo que no se necesita es: el irrespeto a la Constitución y las leyes, la corrupción, el juegavivo, partidas millonarias para despilfarrar en política, los sobrecostos... y los escándalos. Ojalá pudiéramos hacer un balance... balanceado, sin las pasiones por ser el auscultado o el que ausculta.